El chanchito de las reservas internacionales baja de peso
En la semana que termina, las reservas internacionales (RI) del Banco Central de Bolivia (BCB) se han situado en 4.890 millones de dólares. Este hecho ha suscitado que se prendan focos rojos en el tablero de la economía, que gremios empresariales manifiesten preocupación y que la oposición eche un grito al cielo. El Gobierno ha salido decir, sereno moreno, que todo está bajo control y que no cunda el pánico. Las RI son suficientes para la salud económica de Bolivia.
Pero, al final de día, ¿por qué la reducción de esta variable ha colocado a mucha gente al borde del ataque de nervios? ¿Qué diablos son las benditas RI? ¿Cuánto es un nivel adecuado de RI? ¿Para qué sirven? ¿Podemos gastarlas sin medida ni clemencia? ¿Nos salvarán de la crisis?
Las RI son activos externos que están bajo control del BCB y que pueden ser usados para sostener importaciones, intervenir en el mercado cambiario y defender la tasa de cambio cuando sea necesario. También son una garantía de estabilidad del sistema financiero e inclusive pueden fomentar la actividad económica, convirtiéndose en préstamos. Es una alcancía o chanchito que guarda los ahorros del Estado.
La acumulación o reducción de las RI es el resultado de las transacciones que un país realiza con el exterior. Básicamente, las RI son positivas cuando suben las exportaciones, se incrementan los créditos externos, llegan más transferencias de los bolivianos que viven afuera y las inversiones extranjeras directas aumentan. Y las RI se contraen cuando las importaciones suben, los pagos de intereses por deuda externa se incrementan, y los giros de los bolivianos al exterior o las inversiones de nacionales en el extranjero hechas afuera se disparan.
En el año 2006, las RI del BCB llegaban a 3.177 millones de dólares. En 2014, alcanzaron el pico máximo de 15.122 millones. Se multiplicaron casi cinco veces, 12.000 millones adicionales. Buena parte de estos recursos se originaron en los superávits de la balanza comercial (2006 y 2014), que a su vez se explican por el incremento espectacular de los precios de las materias primas que Bolivia exporta y el aumento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
A partir de 2015, esta tendencia positiva se revierte y las sacrosantas RI comienzan a disminuir. En efecto, entre ese año y el 2019, cuando gobernaba el presidente Morales, las RI disminuyeron en 8.655 millones de dólares. Bajaron de 15.122 millones en 2014 a 6.467 en 2019. Esto equivale a una reducción, en promedio anual, de 1.731 millones. Por mes 144 millones y por día, 4,5 millones de verdes. Dado que se paró el motor externo de la economía, las RI ayudaron a sustentar la demanda interna y financiar el déficit público que, en el mismo período, fue de 6,7% del PIB, en promedio. Entre 2020 y el primer bimestre de 2021, las RI disminuyeron en 1.578 millones. De estos, 1.163 (106 millones por mes) fueron gastados por Áñez y 416 (140 millones por mes) por Arce.
Al 23 de febrero de 2021, de los 4.890 millones de dólares de RI, 2.498 están en oro (el 51%) y 2.392 millones en divisas (el 49%). ¿Este valor es mucho o poco? Existen parámetros de stock y de flujo para responder esta interrogante. En el primer caso, las RI equivalen a seis meses de importaciones o alcanzan para el pago de seis años de los servicios de la deuda externa (800 millones/año). Estarían en un rango de seguridad aceptable.
Cuando hablamos de flujo, miramos cuál será la evaluación del nivel de RI en el tiempo. Por ejemplo, en 2021, por el lado de los ingresos de divisas, hay que evaluar la situación de la balanza comercial (exportaciones vs importaciones), y el ingreso de préstamos, inversiones extranjeras y remesas internacionales. En el caso boliviano, se espera que las exportaciones se recuperen, los precios del petróleo/gas, minerales y soya están mejorando. Asimismo, el Presupuesto General establece que el Estado se endeudará en 5.750 millones de dólares. Es probable que también mejoren las remesas de los “bolis” en el exterior. Si estos hechos se concretan, se podría esperar una mejora en el nivel de las reservas internacionales.
Por el lado del uso de divisas, si bien las importaciones se han reducido, lo han hecho menos que la caída en las exportaciones. Esto drenó divisas de las RI. También se han perdido reservas porque los depositantes retiraron recursos del sistema financiero, debido a la crisis política de noviembre de 2019 y finales del 2020.
Otra fuente que chupa RI, es el déficit público que los últimos dos años se ha doblado, se prevé que para el 2021 este alcance el 9,5% del PIB. Se han estado usando divisas tanto para el gasto corriente, en bonos como para algunas inversiones. Esto se justifica por la crisis y la necesidad de sustentar a la economía por el lado de la demanda.
Éstos son los hechos de la realidad, sin embargo, la economía también es psicología. Un nivel adecuado de RI sustenta el tipo de cambio fijo que tenemos en la actualidad. Mayores caídas en las RI podrían mandar señales negativas a los radares de las expectativas que tienen las personas. Muchas podrían creer que el chanchito de las reservas internacionales está bajando de peso con una velocidad muy alta y que esto no hace sostenible el tipo de cambio. Por esto, en este contexto, es fundamental cuidar las RI, pero sobre todo es importante implementar un programa integral de recuperación económica que muestre que entrarán más divisas al país por el sector exportador, mayores préstamos e inversión extranjera directa.
El autor es economista
Columnas de GONZALO CHÁVEZ A.