Bolivia quiere un presidente
Señor Luis Arce Catacora. Si usted reconoció ante la opinión pública que el gobierno de Jeanine Áñez era transitorio y constitucional, entonces tenía razón. En el verdadero sentido de la palabra, fue así. La sucesión se dio, enmarcada en la Constitución. Bolivia no podía quedarse sin presidente. El cobarde del que usted era tesorero, había huido a México, y los que le sucedían, habían renunciado de forma maliciosa; dejando al país con un vacío de poder por varios días. Un acto criminal que debería ser castigado con todo el rigor de la ley. Pero, lamentablemente, el caudillo anda impune, y para colmo dándole órdenes.
Usted cree que los bolivianos son borregos que se dejan manipular e instrumentalizar tan fácilmente con sus declaraciones desatinadas e infundadas. En el poco tiempo que está gobernando, ha superado con creces al fugitivo. Los exabruptos de su amo eran entendibles, dada su condición de inculto. Pero de usted se esperaba un poco más de tino y cordura. Muéstrele al país que es capaz de diferenciarse, ya que su credibilidad está por los suelos. Al mentir que el gobierno de Áñez era de facto, usted está poniendo en duda su propia legitimidad como presidente.
Su persona, en cierta forma, despertó interés en aquellos que no son masistas. Ellos le dieron su voto para beneficiarle con ese 55 por ciento. No lo dude; esas cifras hablan por sí solas, y no se reducen al voto del partido azulado al que usted representa. La mayoría de los bolivianos quería fuera al cocalero, por abusivo, por déspota, por violador de la Constitución y por fraudulento, entre otras cosas. Catorce años fueron suficientes. Había un hastío colectivo, pero parece que usted no tiene la capacidad o no quiere leer esa realidad y ese deseo.
Su última declaración desatinada provoca vergüenza ajena, cuando sostiene que: "Yo no soy abogado ni constitucionalista, soy economista. Hay que reconocer que uno no es todólogo. A mí como a muchos nos han hecho creer que el de Jeanine Áñez era un Gobierno transitorio constitucional". Una declaración fuera de tono que lo convierte en el hazme reír de propios y extraños.
No siga el camino del desacierto, porque eso no lleva a buen puerto. Fueron cerca de tres lustros de lo mismo, y usted sabe eso mejor que cualquiera. Señor Luis Arce Catacora: sea presidente de los bolivianos; no un vendedor de paraguas en huracanes.
El autor es especialista en integración y gestión de conflictos
Columnas de RUBÉN CAMACHO GUZMÁN