Cinco verdades
La persecución política en contra de Jeanine Áñez nos ha mostrado de forma muy cruda cinco verdades políticas:
Una. El MAS no ha cambiado. Bajo Evo era un partido autoritario, capaz de pasar por encima de las leyes, de usar a los jueces para lograr sus objetivos políticos, de adecuar las leyes a las necesidades de su estrategia de poder. Bajo Arce sigue siendo exactamente igual.
Dos. La justicia no se basa en la legalidad, no actúa independientemente, no cumple el debido proceso, no respeta los derechos, entre ellos el derecho a ser considerado inocente mientras no se pruebe lo contrario. La justicia boliviana es un instrumento servil del gobierno de turno manejado por el MAS.
Tres. Se ha cometido contra Jeanine Áñez un caso de acoso político contra la mujer. La expresidenta ha sido detenida de noche, sin estar involucrada previamente en el caso, sin respetar su investidura, ha sido exhibida como trofeo de guerra, la han custodiado el Ministro de Gobierno y el comandante nacional de la Policía. Ha sido desprestigiada por las principales autoridades del Gobierno, que han llamado a considerarla culpable sin probar lo que dicen en su contra. Y ahora está en riesgo de enfermar gravemente y están restringidos sus derechos a ver a su familia y sus abogados.
Cuatro. La incorporación de Áñez al caso del supuesto “golpe de Estado” ha sido completamente política. La expresidenta estaba en Trinidad y vio la renuncia de Evo Morales por televisión. Ella fue llamada para que ocupara la presidencia en un momento en el que el vacío de poder ya se había dado con la huida de Evo Morales del país. Sin embargo, se la acusa de nada menos que de terrorismo, como si ella hubiera estado lanzando bombas para lograr la renuncia de Morales. La situación de algunos de los exministros es todavía más absurda. Se los acusa de hacer terrorismo en un momento en el que ellos ni siquiera eran autoridades.
Cinco. No hubo golpe en 2019. El Gobierno ve como “golpe” la salida de los bolivianos a las calles contra el fraude y el continuismo, debido al narcisismo y los errores de Morales. Deberían ajustar cuentas con él, pero no olvidemos cuál es nuestra primera verdad: el MAS no ha cambiado y probablemente nunca lo hará. En lugar de autocriticarse, Morales y el MAS quieren revancha contra el pueblo boliviano que no les dejó hacer lo que querían.
Cinco verdades que conducen a una demanda: Exigimos la libertad de los presos políticos, que acabe el hostigamiento a las mujeres de la oposición y que se acabe el proceso y la persecución política por un “golpe de Estado” que nunca ocurrió.
La autora es dirigente de mujeres de Unidad Nacional y activista
Columnas de CLAUDIA BRAVO