Inexplicables comportamientos negativos
Hay situaciones, conductas y actitudes que no tienen una explicación razonable y seria, sin tener que entrar en consideraciones donde emerge lo emotivo que afecta a todas las actividades que a diario tenemos, me refiero a algunas de ellas.
Hay un incomprensible comportamiento negativo que se tiene en contra de la empresa privada, de los empresarios y emprendedores, que arriesgan su capital y su tiempo, para crear empresas que, con el logro de su objeto social, crean lo más importante en la vida social que son los empleos. La creación de empleos permite, a una amplia población, vivir bien o por lo menos decorosamente para estar en un círculo virtuoso que hace que el gasto de los sueldos active las economías de otros empresarios en las operaciones de compraventa de artículos de primera necesidad y, alguna vez un lujo, así se mueve la economía del país.
Acá nos encontramos con el primer inexplicable comportamiento que muestra a los empleados como enemigos del empresario que es su empleador, el que da el trabajo para que subsista; se podrá decir que son los dirigentes laborales, pero no olvidemos que estos son elegidos por los empleados y tienen el mandato de hacer lo que estos quieren, con el agravante de que los trabajadores no aceptan ninguna modificación a las decimonónicas leyes laborales, salvo aquellas que expriman más a los empleadores, y se oponen a rajatabla de cualquier cambio para modernizar el trabajo, aliviar su diario quehacer, introducir la tecnología. No, no se aceptan cambios de ninguna clase y así se forman y van formando a los que ingresan a las pocas fuentes laborales disponibles.
Otro elemento perturbador e inexplicable, es la actitud negativa de las autoridades gubernamentales en contra de la actividad privada y en particular las del oriente boliviano. Se dictan medidas que, en lugar de favorecer el crecimiento, la modernidad y el progreso en las actividades empresariales, las frenan, disminuyen y evitan la mirada hacia adelante.
Para no quedar en simples generalizaciones veamos dos situaciones concretas en el campo económico de la agropecuaria y agroindustria.
Bolivia tiene una necesidad de obtener divisas ante el decaimiento de los ingresos que producían los hidrocarburos y la minería. La agropecuaria y la agroindustria son dos actividades que pueden generar (está demostrado por los números de las instituciones profesionales que manejan estos temas) ingresos muy importantes al erario nacional, pero, en lugar de apoyar estas actividades, las frenan al restringir la exportación de productos agrícolas y de carne bovina, sometiéndolas a licencias previas y otros obstáculos.
Otra situación inexplicable, es la prohibición de uso de transgénicos, que permiten ampliar la producción por hectárea en un 50% y así disponer de cantidades de productos agrícolas que se pueden exportar y traer divisas sin alterar en lo mínimo el consumo interno.
Y así, sucesivamente, podemos encontrar muchos más inexplicables comportamientos negativos que al final perjudican al progreso y al país en su conjunto.
El autor es abogado
Columnas de FERNANDO RODRIGUEZ MENDOZA