La sexualidad, entre la seducción, la extorsión y el chantaje
Las principales víctimas de “sextorsión” son empresarios, políticos, profesionales, personajes públicos, religiosos, estudiantes, militares, etc., es una nueva modalidad y es un término bastante reciente -un neologismo- que responde a una forma concreta del cibercrimen en las redes sociales (Facebook, WhatsApp, Instagram, YouTube, etc.).
Las formas de operar de quienes perpetran ese delito son bastantes simples. El primer paso: se presenta una persona atractiva de sexo femenino o masculino que solicita ser tu “amiga o amigo”, inicia una conversación agradable que cada minuto se hace más caliente, ella o él empieza a desvestirse y te pide que hagas lo mismo. Es aquí cuando empieza la “seducción” para practicar el sexo virtual —por supuesto nunca te comunican que vas a ser filmado—. Luego de algunos minutos, corta la cámara y te muestran imágenes reales o ficticias con las que hicieron un montaje a partir de videos o fotos que compartiste en tu perfil de tus redes sociales.
El criminal te muestra el video o fotos en los que estás realizando actos sexuales frente a menores de edad, para hacerte sentir más culpable. Comienza la etapa de la extorsión cuando te piden dinero y te chantajean. “Si intentas huir, jugar duro, enfrentarte a mí o cerrar la sesión, realmente verás de lo que soy capaz. Así que no intentes escapar, ¿de acuerdo? Si cortas la cámara o la desconectas, se la mando a tus amigos, a tus padres, a tus familiares, a tu ciudad y sobre todo a tu lugar de trabajo ¿Eso es lo que quieres?”
Lamentablemente, las victimas de sextorsión, a nivel mundial y en Bolivia, continúan aumentando y nutriendo de millones de dólares cada día a estas redes de cibercriminales que se dedican a chantajear.
Sin embargo, es importante diferenciar dos situaciones de sexo virtual. La primera es el sexting, que es el intercambio consensuado de fotos o videos con carácter erótico, es decir, hay mutuo acuerdo con o sin costo —pack—, situación que se incrementó por la pandemia de Covid 19. Actualmente esta práctica es muy común en las relaciones entre parejas heterosexuales u homosexuales, en particular en jóvenes y también en las trabajadoras sexuales. El sexting, no es un delito.
Pero, desde el momento que alguien publica una foto o video real o manipulado por un montaje con contenido sexual sin su consentimiento, se convierte en sextorsión, que es un delito y está penado por la ley de muchos países. La sextorsion se realiza por motivos sentimentales —celos, venganza, ruptura— y, en su mayoría, por motivos económicos.
Es normal que hombres y mujeres tengan relaciones sexuales, que se masturben, vean videos, fotos eróticas. Lamentablemente, en nuestra sociedad y en todos los países del mundo, todavía hay muchos prejuicios y estereotipos sexuales que asociación a la sexualidad con lo prohibido y la vergüenza. Esta actitud favorece la delincuencia pornográfica.
Al ver fotos o videos de contenido sexual en las redes sociales, gran parte de las personas se burlarán o condenarán más a la víctima, antes que repudia y buscar castigo a los delincuentes. La morbosidad hipócrita reina en muchas personas de nuestras sociedades. Por ello, las personas que sufren de sextorsión prefieren callar debido al temor de que su pareja, su familia, sus amigos los vean en esa situación, y pagan el dinero solicitado, creyendo que se acabará el chantaje.
Hace falta mucha educación sexual en nuestra población sobre esta temática y otras más. Por este gran vacío de información, muchas víctimas continuarán viviendo y sufriendo en silencio por temor de que su imagen familiar y pública sea destruida por bandas de delincuentes bien organizados a nivel mundial.
Si te encuentras actualmente en esta situación, no pagues ningún dinero, serás una mina por mucho tiempo para los delincuentes. No te culpabilices, no sufras, eres tú la víctima, ellos son los delincuentes. Habla de este problema con tu familia, amigos, en el trabajo o con personas con las que tengas más confianza y denuncia a la Policía, en Bolivia hay un anteproyecto de ley sobre “el chantaje sexual” que da una pena de 4 a 8 años de prisión a quienes lo perpetran.
Para los que aún no tuvieron esta amarga experiencia, se recomienda no iniciar ningún intercambio de fotos o videos de contenido erótico con personas desconocidas o conocidas con las que no se tiene suficiente confianza, nunca usar la cámara de tu celular o de tu computadora. No subir fotos o videos de la familia en el perfil personal, porque pueden servir para realizar montajes para chantajearte.
Desde el momento que subes una foto o un video en los medios de las redes sociales, son públicos. No seas la próxima víctima.
El autor es médico especializado en Salud Publica, desarrollo e investigación
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