El Cerro Rico se desploma y miles de vidas están en peligro
El Cerro Rico de Potosí está en una etapa muy crítica en cuanto a la situación de su estructura física. Después de que el gerente regional de la Comibol, confirmó hace pocos días 12 hundimientos en la cima del Cerro, señalando el último en el sector Este, involucrando el camino que llegaba hasta la cumbre.
Pero ahora —después de que medio mundo, por las redes sociales y muchos medios de comunicación, pudo observar cómo la cima del Cerro colapsaba una vez más y la profusa polvareda resultante invadía la ciudad de Potosí— parece desdecirse, señalando que sólo ha habido un ensanchamiento en un hundimiento anterior. Cualquiera sea el fenómeno, nos muestra con claridad que no sólo la cima del Cerro está en peligro, también las vidas de los miles de personas que trabajan en interior mina, por encima de la cuota 4.400, donde está prohibida la explotación minera.
Las autoridades y el pueblo en su conjunto no pueden ser insensible ante esta realidad. Esta semana, el colectivo Vale un Potosí y la Sociedad de Ingenieros de Bolivia difundieron fotografías y videos que muestran cómo se siguen abriendo nuevas grietas en la cima. Ese ensanchamiento de 3,20 metros significa nada más ni nada menos que la cima del Cerro está colapsando cada vez más, producto del trabajo humano ambicioso e ilegal.
Estamos preocupados y desesperados, porque el tiempo apremia. El Gobierno de Bolivia, el mundo entero y en especial a España, sus reyes su actual presidente tendrían que volcar su mirada hacia esa montaña cuya plata llegó, durante tres siglos, casi a todos los rincones del planeta, vía España. Esto no significa querer cobrar una deuda, solo se requiere en estos momentos tan apremiantes apoyo para evitar que el Cerro Rico se desplome.
Es hora de tomar conciencia del daño que le hacen la empresa transnacional Manquiri y los cooperativistas mineros que trabajan día y noche para, no solo extraerle sus riquezas, sino para destruirlo poco a poco, la primera desde la superficie y los segundos desde el interior del Cerro, trabajando en condiciones casi inhumanas y con salarios no acordes a la labor que realizan.
Se deben tomar los recaudos que el caso aconseja para preservar la vida de quienes trabajan por encima de la cota 4.400, que está con alto riesgo de desplomarse. Es un atentado a la vida, del cual se jactan algunos dirigentes cooperativistas pretextando la generación de fuentes de trabajo en el Cerro Rico. Entidades de defensa de los derechos humanos, la Defensoría del Pueblo y otras instituciones deben intervenir.
Es oportuno recordar que el Cerro Rico de Potosí es causa y efecto, entre otras, cosas de la fundación de Bolivia y sus ciudades. Su riqueza marcó el ritmo del desarrollo y contribuyó materialmente con cada uno de los departamentos. La fundación de cada una de las ciudades capitales de departamento, en Bolivia, se dio al calor de la influencia y el aporte del Sumaj Orcko. Uno de los hechos más importantes en la década de los 50 del siglo pasado es su aporte en un casi 100% en la construcción del camino Cochabamba-Santa Cruz, a partir del cual, estas dos ciudades, crecieron y lograron el lugar que hoy ocupan dentro del eje central, hasta entonces Santa Cruz tenía otra realidad, muy distinta de la actual.
El país entero debe tomar conciencia de que, para Bolivia, el Cerro Rico es historia, arqueología, antropología, minería, geología, es cultura y memoria que ha dado paso a su vez, a los saberes locales y regionales que hoy ejercen orgullosos los potosinos y los bolivianos. ¿Acaso esa montaña no está en nuestros símbolos nacionales y en nuestra moneda?
La impronta que ha dejado va mucho más allá de un contexto local y nacional, por eso, una vez más reclamamos al mundo entero que se pronuncien ante está trágica realidad. Basta de cálculos políticos de parte de los gobiernos nacionales y departamentales, es hora de actuar en función a la preservación y conservación del Sumaj Orcko; no es posible que se siga violando el D.S. 27787 (2003) que prohíbe trabajos sobre la cuota 4.400.
Preguntamos: ¿Dónde está el Ministerio de Culturas, que es la instancia encargada de velar y hacer cumplir la norma sobre cultura y patrimonio? Parece que esta entidad no se ha enterado de que el Cerro Rico es patrimonio de la humanidad desde 1987 y que en 1990 fue declarado monumento nacional.
Hasta ahora se han instalado decenas de mesas redondas, reuniones técnicas y otras instancias y eventos, sin ningún resultado. Ninguno de ellos aborda el tema humano y social que cualquier momento puede convertirse en una tragedia sin precedentes, mientras delincuentes hacen gala de su poder e influencia enriqueciéndose con el sacrificio de miles de trabajadores y el riesgo de perder el Cerro Rico, considerado un importante atractivo cultural en el país, como patrimonio del mundo.
El autor es docente investigador en la UMSS