Hacer la vista gorda a los delíveris
Uno de los servicios que explotó en la pandemia fue el de delívery, principalmente para la comida. Y algo tan oportuno que llegó para quedarse; al punto que no hay casi nadie en Cochabamba que no lo haya utilizado. Sin embargo, su proliferación en las calles y la necesidad de llegar a tiempo con la comida caliente han convertido cada envío en una carrera sin normas.
El servicio es, en definitiva, muy útil, pero no puede convertirse en una excusa para saltarse las normas de tránsito y poner en riesgo las vidas de los que lo prestan, y la de los demás. Este último mes, vi con mucha molestia sus peripecias para saltarse semáforos rojos, transitar algunas vías en contrarruta, meterse por donde no deben, como las aceras y demás.
Es realmente molesto y peligroso, fundamentalmente porque en más de una ocasión reciben los bocinazos de aquellos que están a punto de chocar con estos temerarios motociclistas. Pero tal advertencia pasa completamente desapercibida por el aludido.
Ya han ocurrido accidentes y se ha comentado un poco sobre la necesidad de que se cumplan normas viales, pero hasta ahora no he visto ningún control a este sector en específico. Ni tampoco alguna campaña de educación vial que fomente las buenas prácticas.
¿Estamos haciéndonos la vista gorda de estos temas? Obviamente no todos los conductores son así, pero se ha convertido en una práctica recurrente y a ello se suma el hecho de que las personas comunes y corrientes tampoco son las que más obedecen las normas de tránsito y mucho menos cuando se trata de respetar al ciclista o motociclista. Entonces, parece un desastre esperando ocurrir.
En general, no hay campañas de educación vial en un país acostumbrado a hacer caso omiso de las normas. Y no es que no las conozcamos, no queremos seguirlas. Porque cuando uno va a otro país, sí sigue todas las normas, pero curiosamente creemos que en casa no debemos portarnos bien.
Tanto la Unidad de Tránsito como la alcaldía deben trabajar en campañas viales específicas para este sector y también en general para la sociedad. Somos una ciudad acostumbrada a hacer lo que nos da la gana, no somos ni buenos usuarios del transporte, ni conductores respetuosos, tampoco buenos peatones.
Hay muchas vulneraciones a las normas de tránsito, pero las cometidas por los delíveris requieren una inmediata atención antes de que ocurra una tragedia. No nos hagamos de la vista gorda como sociedad. Es importante cuidarnos entre todos, porque a todos nos espera una familia en casa.
La autora es comunicadora social
Columnas de LORENA AMURRIO MONTES