Bolivia y las mentiras (XIII) - Alzamiento ocultado
Cuando me convencí de que el del 25 de Mayo de 1809 no fue el “primer grito libertario”, le puse otro rótulo: “inicio de la Guerra de la Independencia”, pero, años después, me encontré con datos que también me hicieron cambiar de opinión.
En esta parte de América, el germen de la Guerra de la Independencia estuvo en las invasiones inglesas a Buenos Aires y Montevideo. Tras rechazar a las tropas de un imperio, el inglés, los rioplatenses comprendieron que, preparando bien el terreno, podrían hacer lo mismo con el otro, el español. Entre los héroes de la resistencia, en la primera invasión, estuvieron Santiago Liniers, Martín de Álzaga, Juan Martín Pueyrredón y Manuel Belgrano. Este último, especialmente, tenía ideales radicales de libertad.
Antes de la segunda invasión se organizó milicias, la mayoría de españoles, pero entre las escasas de criollos estuvo la de patricios, que eligió como líder a Cornelio Saavedra.
Conjurada la amenaza inglesa, el Virreinato del Río de la Plata se vio sacudido por otra noticia: el rey Fernando VII había sido tomado prisionero y las tropas de Napoleón Bonaparte invadían España. Surgió, entonces, una oposición generalizada a la ocupación francesa y manifestaciones a favor del rey preso. Una fue en Montevideo, el 7 de septiembre, protagonizada por el español Francisco Javier de Elío, que se pronunció a favor de su rey. En Buenos Aires, la situación era distinta: el virrey era Santiago Liniers, francés de nacimiento, y, como los invasores eran franceses, el 1 de enero de 1809 estalló una revuelta que depuso al representante del rey. Entre los líderes de la insurrección estaban Martín de Álzaga y Cornelio Saavedra, pero mientras el primero no fue demasiado lejos, el segundo rebasó todos los límites e hizo algo fundamental: disolvió las milicias de españoles.
A partir de ese Año Nuevo, las cosas comenzaron a cambiar rápidamente en el Virreinato. Los sublevados decían defender los derechos de Fernando VII pero, en el fondo, lo que pretendían era independizarse de España. Es claro que ese fue el inicio de la Guerra de la Independencia, que se desató en Chuquisaca el 25 de mayo de ese año.
Este alzamiento ha sido recogido por la historia argentina, pero minimizado y atribuido casi en su totalidad a Álzaga. Belgrano y Saavedra se enemistaron y surgieron disputas políticas que acabaron por apartar a este último de lo que después fue la Revolución de Mayo.
En su memoria autobiográfica, Saavedra revela las verdaderas razones de los alzamientos de 1809 y 1810. La defensa de los derechos de Fernando VII era sólo un pretexto, porque se buscaba la libertad, pero los argentinos no reconocen el valor histórico de este hombre, quizás porque no nació en Buenos Aires sino cerca de Potosí, hoy Bolivia.
Columnas de JUAN JOSÉ TORO MONTOYA