Un Día del Mar diferente
Distinto, menos marcial y frío. Así es el ambiente que se percibe en la celebración del Día del Mar de este año, muy diferente a los que se recordaban en los tres gobiernos del expresidente Evo Morales, pero hasta aquel 1 de octubre de 2018, cuando se conoció la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la demanda marítima contra Chile.
Y este clima un tanto gélido no es casual. Si bien se había abrigado la esperanza de retomar el tema marítimo desde la invariable posición boliviana, que es alcanzar una salida soberana al Pacífico, con la asunción del presidente Gabriel Boric, quien tiene coincidencias ideológicas con el presidente Luis Arce, esas esperanzas muy rápidamente se fueron a pique; aunque tras el 11 de este mes el Gobierno difundió el mensaje sobre la activación de una nueva agenda que incluía el asunto marítimo y el proceso del Silala, que actualmente se dilucida en la CIJ, cuatro días después, el 15 de este mes, Boric se encargó de desinflar las expectativas oficiales al expresar que estaba dispuesto a restablecer las relaciones diplomáticas, tras una ruptura que tuvo lugar en 1978, pero sin hablar de soberanía.
“Chile no negocia su soberanía, como me imagino no hace ningún país. Entiendo que el presidente (Luis) Arce tenga que decir ciertas cosas, pero a lo que le he invitado, y creo que hay buena disposición de ambos, es a no poner la carreta delante de los bueyes”, afirmó Boric; demostró así que Chile, con gobiernos de derecha, de centro o de izquierda, tiene una política de Estado con respecto a la reivindicación marítima boliviana que no está sujeta a las afinidades ideológicas ni a los vaivenes políticos.
Por si no bastara esa declaración del presidente Boric para frenar el entusiasmo con respecto a Chile, la CIJ ha programado los alegatos orales para el juicio del Silala entre el 1 y 14 de abril; por supuesto, y ya puestos en ese escenario, es deseable que al país le vaya bien, pero tras la primera sentencia adversa en esos tribunales, en el caso de la demanda marítima, no hay gran optimismo por lo que vaya a suceder no sólo en estos alegatos orales sino en las futuras fases del proceso hasta llegar al veredicto.
En cualquier caso, la evocación actual del Día del Mar, en que se recuerda al héroe Eduardo Abaroa, quien murió en defensa de la heredad nacional ante los invasores chilenos, no se parece en nada a aquellas puestas en escena de los gobiernos del expresidente Evo Morales, cuando se exacerbaba el asunto marítimo hasta derivar en un chauvinismo que alcanzó su punto máximo cuando se llevó, en 2013, este diferendo hasta el máximo tribunal universal de justicia en La Haya. El fallo adverso de la CIJ, que determinó que Chile nunca contrajo, tras el Tratado de 1904, una obligación de negociar, hoy es un candado pesado de arrastrar.
Es hora de reflexionar sobre la política marítima. Y no se encontrará un nuevo rumbo si no se parte de la dura situación en que ha quedado el país después del juicio en La Haya que duró de 2013 a 2018.