Adiós, maestro
Cuesta entender, comprender y por sobre todo aceptar los golpes que te da la vida... más cuando se trata de alguien a quien le has tomado cariño y respeto. Don José fue esa persona, se ganó el respeto y el cariño de todos quienes lo conocieron.
“Gandachito” lo llamábamos todos en la sala de Redacción de Los Tiempos. Su llegada puntual y su rostro contagiante era el ejemplo de escuela que había en el trabajo. Yo aprendí mucho en esa escuela del diario vivir de don José, me inculcó siempre a amar el trabajo, a ser práctico, transparente, respetuoso y educado, nunca rendirse ante las adversidades porque el periodismo te daba esas pautas.
Lo que más recomendaba era sacarle tiempo al tiempo para estar con la familia. Después de dejar Los Tiempos, en 2008, al mes que me vine a Beni, me llamó y me dijo: “La sección Deportes no es la misma”, “espero que vuelvas pronto, Tonny”.
La verdad es que me sentí bien porque supe que en Cochabamba había sembrado espectaculares amigos y maestros del periodismo. ¡Cuántas veces reímos y chacoteamos, y hasta a veces lloramos, porque así se presentaban los momentos! Don José, sé que Dios te premiará en el cielo por todo lo que hiciste en la tierra. Te vamos a extrañar, Gandachito... ¡te vamos a extrañar, amigo y gran maestro! ¡Descansa en paz!