Miseria moral de los asesinos
Atraparon y dictaron seis meses de detención preventiva a los degenerados que el lunes pasado mataron a cuatro universitarias, luego de lanzar una granada de gas en el coliseo de la Universidad Tomás Frías.
Confiemos en que, en esta ocasión al menos, su afiliación izquierdista y sus relaciones con el Gobierno no les garanticen impunidad. Antes bien, esperemos que su estadía en la cárcel sea definitiva, dolorosa... y breve.
Esa escoria no puede tener espacio en nuestra sociedad, ni siquiera presos. Lo más triste de esta situación, después de esas jóvenes vidas interrumpidas, es la miseria moral de los asesinos. Esos infelices mataron por cuatro pesos, por las migajas que recibían como dirigentes, por las sobras que sus jefes tenían a bien lanzarles.
¿Cómo entender tanta chatura, tanta indigencia espiritual? ¿Siglos de pobreza? ¿Una cultura de la mediocridad y el atraso? ¿Excesiva tolerancia con formas elementales y primitivas de hacer política? Es urgente comprenderlo, antes de atacar el mal de raíz. Antes de que estas bestias, entre dirigentes varios y aprendices de políticos, vuelvan a matar.
Columnas de ERNESTO BASCOPÉ