The Bolivian shield o la vuelta del blindaje
Según The Economist Intelligence Unit (EIU), una consultora asociada a la revista The Economist, en América Latina la economía boliviana es la que mejor podría resistir a la guerra de Europa. Revive la teoría de blindaje de la economía boliviana, pero ahora desde el imperio inglés. Holy cow!
Veamos que dice EIU. “El documento técnico examina qué países están mejor ubicados para aprovechar el auge de los productos básicos para producir tasas de crecimiento más rápidas. También examina qué problemas podrían detener el crecimiento y qué países son más vulnerables al complicado entorno económico global”. La consultora utiliza siete criterios para colocar a Bolivia en el primer lugar. Hagamos una evaluación.
Inflación. Evidentemente está muy baja (0,83% acumulada a 12 meses) y tiene beneficios de corto plazo. Sin embargo, aquí el tema es: ¿Cuán sostenible es la inflación baja (el Gobierno proyectó 3,4% hasta fin de año) y cuál es el costo, financiero y estructural, que pagamos por mantener los precios bajos? En el caso de la primera pregunta, estamos frente a fuertes presiones inflacionarias debido a la subida de los precios internacionales del maíz y el trigo. El Gobierno busca atenuarlos con la venta de stocks de harina, mantención de subsidios al pan (de cada 10 panes, siete se hacen con harina argentina) e intervención de los mercados de los granos. Es una contención parcial y desesperada, porque muchos precios de productos derivados, como el del pollo y de los fideos, se han disparado en los mercados. En el caso de la segunda interrogante, para importar, legal e ilegalmente, productos baratos, que bajan la inflación local, el Gobierno mantiene el tipo de cambio real apreciado por más de 11 años y esto produjo la pérdida de parte significativa de las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia y golpeó la industria nacional. ¿Estamos mejor preparados? No pues, waway.
Por otra parte, durante una década el Gobierno reprimió la inflación congelando los precios de la gasolina e impulsando un subsidio gigantesco. Esto aumentó significativamente el déficit público que en algún momento hay que financiarlo. ¿Kawshansa armaduraji utji? O como diría Sir Lord Keynes, mi gato inglés, where is the shield? Geez! ¿Dónde está el escudo? ¡Recórcholis!
Deuda pública. ¿Cómo puede constituir una fortaleza, para afrontar las consecuencias de la guerra, una variable que aumentó significativamente en los últimos años? La deuda externa, en 2007, era el 14% del Producto Interno Bruto (PIB), pero ahora saltó a más del 33% del PIB. En lo que respecta a la deuda interna, ésta también ha subido significativamente en los últimos años y está en torno del 32% del PIB. No hay mucho margen para endeudarse. ¿Cómo puede constituirse en una fortaleza si estamos raspando la olla? Holy Shit!
Pagos de intereses e ingresos públicos. La deuda externa e interna aumentó. Por año se pagan como 800 millones de dólares por el servicio de la deuda externa. Y ahora que se avecinan vencimientos de la deuda externa privada, este valor podría doblarse.
En materia de ingresos, la vaca lechera del sector hidrocarburos se ha contraído significativamente. En 2014 exportábamos 6.000 millones de dólares y en 2021 apenas se exportó 2.250 millones de dólares con la consecuente caída también del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, que bajó de 2.240 millones de verdes, en 2014, a 360 millones de dólares. El Gobierno está con serias dificultades de conseguir recursos frescos. ¿Cómo podemos estar mejor preparados para afrontar la crisis? No way, José.
Incremento de las exportaciones. Cabe recordar que las exportaciones de gas natural han caído y si bien el precio del petróleo e indirectamente el gas han subido, no podemos vender más a Brasil y Argentina, porque simplemente el gas se ha hecho gas. Además, las importaciones de hidrocarburos están aumentando significativamente. En particular, se comprarán más de 2.000 millones de dólares derivados de hidrocarburos en 2021. Y los subsidios serán de 1.100 millones de dólares. Las exportaciones de minerales pueden aumentar las entradas del país, pero no los ingresos tributarios, porque el sector paga pocos impuestos. Pero, como hemos mencionado, somos muy vulnerables a los incrementos de los precios de alimentos, en especial de la harina de trigo y el maíz. ¿Mayores ingresos para enfrenta la crisis? Once in a blue moon! O el día de huiro.
Riesgo de estabilidad política. Si bien disfrutamos de una mayor estabilidad comparada con algunos de los países de América Latina, se fomenta desde el Estado la polarización de la sociedad. Además, esta estabilidad no se traduce en una mayor productividad ni una mayor Inversión Extranjera Directa que serían deseables en este momento que no hay recursos ni internos y externos.
Riesgo legal y regulatorio. What are you taking about? En la economía boliviana el 80% del empleo es en el sector informal y más del 65% de las empresas está en la economía subterránea. ¿Cómo se puede hablar que no hay riesgo legal y regulatorio? Las empresas están huyendo al sector informal debido a la sobrerregulación en términos laborales. Además, hay una competencia desleal de empresas públicas, que ahora comienzan a producir hasta en el sector agropecuario. A bitter pill!
Columnas de GONZALO CHÁVEZ A.