Aberraciones universitarias
Recién ha concluido en Barcelona la Conferencia Mundial de Educación Superior (WHEC2022); el tema recurrente/transversal ha sido el impacto generado por la Covid-19 en la educación superior universitaria.
En Bolivia se lleva a cabo (de milagro) el Congreso Nacional de Universidades, aquel que quedó suspendido en cuarto intermedio hace cuatro años porque agentes indeseados lanzaron "bombitas" para suspenderlo con el saldo lamentable de un estudiante fallecido, y que estuvo a punto de volverse a suspender este año porque los mismos agentes (les dicen dinosaurios) lanzaron otras "bombitas" con el propósito de nuevamente suspenderlo. Esta nueva fechoría dejó varias víctimas fatales... el dino mayor ha sido echado del CEUB y se esperan las declaraciones de quienes supuestamente habrían coadyuvado a que el dino Mendoza se quede haciendo nada estos cuatro años con un sueldito de más de 3 mil dólares/mes (chistoso cómo nadie sabía nada de esta situación... los dinos pasan desapercibidos a pesar de vivir décadas en la universidad).
Volviendo a lo nuestro, apena y mucho saber que mientras en el mundo se discuten y analizan soluciones a la crisis educativa universitaria con relación a su pertinencia, su responsabilidad social, el perfil docente, los retos hacia adelante, la investigación y la ciencia, la interacción con la sociedad, las tecnologías educativas y demás asuntos pedagógicos esenciales, en Bolivia se discuten asuntos que son resultado de la terrible endogamia universitaria, fenómeno antiguo producto de la desviación de la autonomía universitaria, endogamia institucional y académica que permite aberraciones tales como:
1.- La existencia de Maxes Mendozas (sujetos con 10, 20 y hasta 32 años haciéndose pasar por estudiantes) a sueldo, viajes, viáticos y otros privilegios que un estudiante común y corriente no tiene.
2.- El lujo de suspender por cuatro años aquel espacio de reflexión y aprobación de normas fundamentales para las universidades que pertenecen al CEUB.
3.- La permanencia de por vida de docentes institucionalizados y el cierre de puertas a profesionales jóvenes y bien calificados.
4.- La contratación de profesionales recién graduados sin experiencia laboral, pero con amplio currículum político universitario que luego se eternizan en la docencia enseñando lo que sus profes les enseñaron porque no saben otra cosa.
5.- La postulación de licenciados y magísteres a puestos laborales de guardias municipales, brokers inmobiliarios y cocineros de plaza de comida.
6.- La sobreoferta y pertinencia de diplomados y cursos cortos que en la mayoría de los casos sirven para nivelar/paliar los deficientes conocimientos que los "profesionales" poseen cuando se gradúan del pregrado.
Puedo seguir y seguir, pero es largo y nos podemos cansar y aburrir (otro debate pendiente: la simplificación de la educación a titulares y videos de YouTube por miedo a que los estudiantes se aburran y abandonen).
Sólo espero que, en este congreso tan esperado, se estén discutiendo asuntos esenciales para la universidad entendiendo que ésta es una institución abierta, conectada e imprescindible para el desarrollo de un país y el bienestar de sus ciudadanos. Espero que el producto realmente sea de utilidad, de vanguardia, de cambio, de transformación para el país que tanto necesita de otra suerte.
Columnas de MÓNICA OLMOS