Si Putin ganara su guerra
Hace tiempo conjeturé qué sucedería si Ucrania triunfara en la agresión desigual de Rusia sobre su vecino. Luego de que Marte, dios de la guerra, volcara su favor con los avances exitosos de los agresores sobre poblaciones ucranianas, cabe especular qué pasaría si Putin se saliera con la suya. Ahora que Estados Unidos machaca cansinamente (así es la democracia) en evidenciar hasta el abuso arbitrario de Trump, hasta con el menaje de cocina de la Casa Blanca, es un momento propicio para Putin.
En mi opinión, así como a Al Capone sólo pudieron meterlo entre rejas con evasión de impuestos, el festín abogadil que seguirá a las audiencias de la comisión congresal para indagar sus delitos no prosperará así le hubiesen pillado con una metralleta humeante en el Capitolio. Más efectivo sería evidenciar sus delitos impositivos. Su condena, así sea por un día de cárcel, le inhabilitaría para presentarse a las elecciones en 2024 y ganarlas por ceca o por meca, que parece ser el bogeyman que aterra a los demócratas (y aumenta los ratings de sus acusadores).
¿Qué pasará si Putin ganara su guerra contra Ucrania?
Para empezar, bastará que ofrezcan a Moldavia un acceso propio al Mar Negro y sus movidas para entrar en la UE serán achacadas a una secretaria distraída. Los países bálticos deberán poner sus barbas en remojo. Alístese Lituania por atreverse a bloquear Kaliningrado, y el estribillo “la European Union (EU) made me do it” no les servirá, aunque Pedro Infante cante socarronamente “Yo no fui”. La agresión rusa a los Países Bálticos vendrá de la Rusia Blanca (hoy Belarús). Ojalá Finlandia encuentre un Mannerheim que les defienda de los tanques rusos, como en la Guerra de Invierno de 1939. Que se jodan los kurdos, porque el veto turco vale más para anular que Suecia y Finlandia entren a la OTAN.
Aunque rellenen su labio superior con botox, los europeos seguirán en saber diablos cual votación para otro paquete de medidas contra Rusia. Aprobarán que usen carbón hasta para lavarse los dientes y que se cuelguen Colgate y otros dentífricos estadounidenses que son rivales al fin de la gran Europa. Preferibles son los tacos al carbón que el gas ruso, y otros países asiáticos reemplazarán a los adictos europeos a los combustibles fósiles. No será necesario el botox, ni comprar un peine para revertir el Brexit. Diluir a los “influencer” (¿qué es eso?), de decenas que siguieron el ejemplo de la niña sueca Greta Thunberg, sobre el cambio climático y otras variantes del próximo apocalipsis por el irresponsable maltrato al planeta Tierra.
¿Y Estados Unidos? Aunque muchos pensadores agoreros han predicho el fin de su hegemonía mundial y se vislumbre un mundo de varias potencias, así EEUU mantenga su liderato armamentista las cosas no cambiarán. Ni siquiera puede poner coto a asesinatos de chiquillos por sicópatas, con armas tan fáciles de obtener como chicle. El lobby de los adictos a las armas atrae más votos que la razón. Preferibles son refugiados ucranianos “blanquitos”, que migrantes piel canela “latinos”. El país democrático pero obeso de “influencers” y racismo está más cerca de una Guerra Civil Dos.
Las nuevas dan cuenta que han descubierto que las llamas (y, por ende, todos los auquénidos) correrán la misma suerte de los osos de anteojos, asesinados hasta extinguirlos, cuando se los requiera para vacunar contra veintitantas afecciones y los inyectables sólo alcanzarán para los poderosos y ricos, como en la pandemia del coronavirus. Luego sobrevendrán virus de elefantes y rinocerontes, pero la Viruela del Mono qué importa si afecta principalmente a débiles y pobres.
Putin se saldría con la suya. Después de destruir Ucrania, le tocaría el turno a otros países que otrora fueron parte del imperio soviético. Estaría llano el camino, aunque lleno de escombros humeantes, para un ex agente de los servicios secretos rusos para ser grande: Vladimir I. Donald Trump, apodado John Wayne II, ganaría elecciones futuras con revólver al cinto y fundaría Liberia II de negros, amarillos y cafecitos expulsados del albo Estados Unidos. El MAS exiliaría allí a los opositores, so pretexto de descongestionar las cárceles bolivianas.
Columnas de WINSTON ESTREMADOIRO