Peguistas en YPFB
Los manejos prebendalistas del oficialismo no dejan de sorprender, especialmente en las empresas que supuestamente deberían ser administradas con un máximo de responsabilidad, si se considera que son los puntales del modelo económico que dice aplicar el MAS. Causa repudio, por tanto, que se conociera un listado de los beneficiarios de pegas en la empresa petrolera estatal, que sin embargo no ha sido desmentido.
¿No era que se había nacionalizado Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para que fuera una compañía emblemática, ciertamente el símbolo de una nueva y renovada etapa en la gestión de recursos naturales como el gas y además administrada bajo criterios técnicos y profesionales, sin la interferencia de los siempre cuestionables intereses políticos? Recordemos que los nacionalizadores prometieron “recuperar YPFB para los bolivianos”, luego de criticar con dureza que sus unidades dedicadas al upstream (exploración y producción) y downstream (transporte), entre otras subsidiarias creadas para las tareas del sector de hidrocarburos, estuvieran bajo el control de empresas privadas inversionistas. Hoy, sin embargo, sabemos, tras la publicación de un listado de beneficiarios de pegas en YPFB, que han retornado las mismas y corruptas prácticas previas a la desregulación del sector petrolero.
Antes de ser transferida al sector privado, YPFB soportaba la voracidad de sus sindicalistas, que la habían convertido prácticamente en un feudo y en un botín político, que beneficiaba a grupos de dirigentes especializados en exaccionar y someter a esa compañía a un debilitamiento y a una sangría gradual, lenta, pero letal; no estaba ya la compañía, como proclamaban los discursos de la época, al servicio del país, sino de las ambiciones de dirigentes especializados en beneficiarse con los ingresos de la empresa petrolera estatal. Hoy, YPFB ha vuelto a ser presa de los dirigentes sindicales, que al haberse adjudicado sinecuras o fabulosas pegas —en una pega, el beneficiario recibe un salario sin mover un dedo— se asemejan a una colonia de parásitos que debilita a la compañía pública sin haber trabajado, excepto para alcanzar los privilegiados cargos sindicales que conducen, en YPFB, al enriquecimiento fácil, bajo la única condición de contar con un carnet del partido del expresidente Evo Morales y del actual primer mandatario, Luis Arce.
De lo contrario, no se explicaría por qué un operador de la sala de control, en YPFB Refinación, tiene un sueldo de 40.571 bolivianos; por qué un operador de reformación, en la misma compañía, percibe un salario de 35.400 bolivianos ni por qué un director de talento humano, en YPFB Transporte, gana 37 mil bolivianos. Y así: la nómina de 18 personas es una danza de miles de dólares al mes para cubrir los costos salariales en que incurre la compañía.
Pero eso no es lo peor. Lo deplorable de este rol es que está compuesto por dirigentes sindicales declarados en comisión, es decir, que reciben sus salarios sin trabajar. Como un mecánico automotriz, de YPFB Refinación, que se embolsilla 30 mil bolivianos…
Esto es un abuso. El Gobierno no dirá nada, pero es necesario remarcarlo para que el ciudadano tome en cuenta que del dicho y del discurso ideológico al hecho hay una enorme distancia.