La muerte del sistema de partidos políticos
Paz Estenssoro en 1985 dictó el conocido decreto neoliberal 21060 cuyo verdadero autor fue Jeffrey Sachs, famoso economista estadounidense, que asesoró al gobierno de Sánchez de Lozada y Carlos Mesa.
Sachs se declaró “admirador” de Evo Morales durante la conferencia con motivo del 25 aniversario de la publicación de la encíclica Centesimus Annus, por seguir los lineamientos del neoliberalismo.
Aquel decreto dispuso el despido de miles de empleados y de más de 29 mil trabajadores mineros matando físicamente la existencia del proletariado. Implícitamente aquí comenzó la destrucción del sistema de partidos políticos, cooperada por el Parlamento donde se exhibían los actos partidarios más reprochables, como los “cuoteos” por cargos, como en el Órgano Judicial y otros, dando lugar al hartazgo de la ciudadanía expresado en el levantamiento de 2003.
Decimos que es a partir de este decreto que empezó la destrucción gradual del sistema de partidos, porque el partido político necesariamente es el representante de los intereses de un sector de la sociedad o de una clase social; es decir, una clase reclama, logra o impone sus intereses dentro de una sociedad sólo a través de un partido, no puede colmar sus necesidades a través de un club, asociación, sindicato, colegio, empresa, etc. porque estas organizaciones no sólo que tienen otros objetivos, sino que su propia estructura, su composición y su organización son diferentes a las del partido político, pudiendo a lo sumo estas organizaciones brindar su apoyo moral, político o económico al partido que las represente.
Es evidente que a veces el poder es administrado directamente por estas organizaciones, fenómeno al que se denomina “corporativismo”, caso en el que otro tipo de organizaciones o instituciones se hacen cargo de la gobernación de un Estado, como cuando las Fuerzas Armadas toman el poder, sistema de gobierno que es propio de los regímenes de fuerza, dictatoriales y consecuentemente antidemocráticos, siendo los partidos políticos cancelados.
Dentro de la democracia liberal, no sólo que los partidos políticos son los que asumen la representatividad de un sector de la sociedad, sino que fundamentalmente debe regir el principio de la “pluralidad de partidos”, porque si únicamente tuviera vigencia un solo partido, siendo eliminados o neutralizados el resto, se estaría dentro del sistema del “partido único”, que es propio de las dictaduras, porque impone “un solo pensamiento” y elimina los derechos fundamentales y la libertad.
Por estos motivos decimos que al haber sido destruido o ultradebilitado físicamente el proletariado, y con ello los trabajadores en general mediante el decreto citado, se produjo el debilitamiento y posterior desaparición real del sistema de los partidos políticos, es decir, se provocó el deterioro o derrumbe de los partidos políticos de izquierda, arrastrando a su contraparte, los partidos de derecha. y al ser enterradas ambas líneas partidarias devino el imperio de “un solo partido político”, esencialmente corporativo (el MAS) sin dejar de ser clasista, al representar los intereses de una nueva oligarquía compuesta por los cocaleros del Chapare, los mineros cooperativistas y otros ligados a la ilegalidad, manteniendo como furgón de cola a la antigua oligarquía, especialmente la centralizada en Santa Cruz, siendo ésta una de las causas para la inexistencia de una oposición real.
Resumiendo, cuando el MAS se declara el único partido en Bolivia, lo que hace es confesar que Bolivia está en manos del totalitarismo y por eso no existe un real sistema de partidos, tampoco pluralismo partidario ni menos oposición política verdadera.
Columnas de GONZALO PEÑARANDA TAIDA