La mentira del Gobierno
El Gobierno miente.
Esto no es ninguna novedad, por supuesto. Estamos frente a gente que lo lleva haciendo desde hace 20 años y más.
Lo ayudan sus intelectuales, sus medios de prensa y todas las mafias organizadas que lo sostienen. Toda la administración pública no es otra cosa que una gran caja de resonancia, una estación repetidora de esas mentiras.
Me refiero a la mentira de un país esencialmente rural y compuesto de tribus estáticas e inmutables. Un país anclado en el pasado y ajeno a la modernidad.
Lo malo para ellos es que el país de mentiras que han creado es cada vez más difícil de sostener.
Lo malo para nosotros es que están dispuestos a todo con tal de conservar esta ficción, fuente y justificación de sus privilegios.
No retrocederán ante ningún crimen ni violencia para conservar esa enorme estafa.
No se oponen al censo sólo porque esto modificaría la distribución de los escaños en el parlamento. Lo hacen, sobre todo, porque sus resultados terminarían por enterrar las mentiras del Gobierno. Sería el fin del mito.
En este contexto, ¿qué hacer?
Decir la verdad, optar por una honestidad radical, es una forma de resistencia. Negar las mentiras oficiales y hacerlo en voz alta, sin miedo, puede tener un enorme impacto...
Decir la verdad. Sólo es cuestión de valor.
Columnas de ERNESTO BASCOPÉ