Enfermeras, agua, paros y bloqueos
Enfermeras de Bolivia y de 16 países latinoamericanos participaron en el Séptimo Congreso Latinoamericano de Enfermeras en Cuidados Intensivos. Cochabamba fue la ciudad sede. Escucharon y aprendieron de más de 50 ponencias presentadas por docentes de calidad mundial.
Los profesores llegaron después de atravesar múltiples periplos, entre ellos el paro de Santa Cruz, porque aunque no intentaron ir al centro de la urbe cruceña tuvieron demoras en las conexiones internas porque la tripulación no llegó a tiempo debido a que debió sortear varios puntos de bloqueo.
Hasta allí no hay ninguna novedad en una Bolivia acostumbrada al pataleo mediante paros y bloqueos.
Lo que llama la atención es que pudiendo ser un país anfitrión y atractivo para el turismo se convierte en un país que expulsa visitantes, o no ofrece las comodidades suficientes para buenas estadías.
Cochabamba también fue ciudad anfitriona de la Sexta Conferencia LATINOSAN Bolivia 2022, un foro regional de discusión política y técnica cuyo objetivo es mejorar la distribución de los recursos por los Gobiernos y la sociedad civil a favor del saneamiento y acceso al agua.
La conferencia se hizo en Tiquipaya. Días antes estaba bloqueada por danzarines que decidieron tomar las calles para ensayar sus danzas. El Alcalde, asimismo, cerró otras para poder pintar la señalética correspondiente.
Entonces, ¿está Bolivia preparada para ser una receptora del turismo?
Se discute en los corrillos gremiales que el país podría fortalecer la cadena productiva del turismo. O que podría ser una potencia de la “economía naranja”.
Pero tanto las enfermeras como los ponentes del agua si bien vieron gente amable, dispuesta a brindar su apoyo y ayuda, vieron también hoteles con manteles llenos de pelos de perro, poco aseo en las habitaciones, calles rotas, árboles muertos en las aceras y por supuesto los ingredientes principales: bloqueos y paros.
Igualmente se han enterado de la matanza de jaguares a manos de ciudadanos chinos, y de la contaminación del Parque Nacional Madidi con mercurio.
Al día de hoy ningún ciudadano chino ha sido enjuiciado por los delitos contra la fauna boliviana. La justicia se hace la vista gorda porque China es el principal acreedor bilateral de Bolivia. Le debemos una fortuna por cosas inservibles como el satélite Túpac Katari.
Tampoco el Gobierno central emite una política contra los mineros cooperativistas que explotan el oro en los ríos bolivianos. Estos mineros son una cortina de uno que tapa la voracidad de China, y reciben el beneplácito del Gobierno que los premia reduciéndoles sus impuestos.
La pena es que cuando los pocos turistas, que osen venir por estos parajes, nos pregunten cómo era el jaguar o el Parque Madidi, la triste respuesta será una foto de Instagram a manos de bolivianos envenenados con mercurio.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER