El juicio del Silala
Hoy se conocerá el fallo en el juicio por el manantial Silala, en el Palacio de Paz de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Hay precedentes, sin embargo, que permiten prever que esa sentencia no será lo que esperaba el país.
Recordemos que la agente chilena del Silala ante la CIJ, Ximena Fuentes, en una entrevista concedida a CNN Chile, expresó que Bolivia, en este proceso que comenzó en 2016, había cambiado de posición y que había admitido que el Silala es un río de curso internacional.
“Finalmente, Bolivia reconoce que Chile tiene algo de razón, una buena parte de razón; cuando nos contesta (en los alegatos) Bolivia señala: reconozco que es un río internacional que, efectivamente, por la pendiente del terreno, estas aguas, que, efectivamente, nacen de manantiales y después forman un río que naturalmente cruza la frontera y entra a territorio chileno. Hasta ahí uno podría haber dicho se acaba el caso Silala porque la postura chilena fue aceptada por la contraparte”, afirmó Fuentes.
Además, mediante un comunicado, la Cancillería, en el gobierno de la expresidenta Jeanine Áñez, ya había expresado lo que asevera Fuentes, es decir, que en la contramemoria boliviana “se admitió que una parte de las aguas del Silala fluye de manera natural hacia Chile y constituye un curso de agua internacional”. Lo cual deja sin fundamento la pretensión nacional que consiste en que el Silala fluye de un manantial que nace y muere en territorio boliviano y que ha sido artificialmente desviado y aprovechado por Chile.
En la misma línea, el expresidente y exagente del Silala ante la CIJ Eduardo Rodríguez Veltzé dijo que lo central es que Chile ha fundamentado su demanda según la “Convención sobre el Derecho de los Usos de los Cursos de Agua Internacionales para Fines Distintos a la Navegación”, que es un instrumento internacional o tratado de Naciones Unidas que define la noción de curso de agua internacional y el principio consuetudinario del uso equitativo y razonable de las aguas compartidas internacionalmente. Y según el exagente “los resultados de los trabajos científicos y su contraste fueron revelando un alto porcentaje de coincidencias sobre la caracterización del Silala como un curso de agua internacional según la definición y las características” de esa Convención multilateral.
En consecuencia, es poco lo que queda como materia de controversia después de admitir que, según los parámetros internacionales, el Silala es un curso de agua internacional. Tal vez todo se redujo a concentrar la argumentación en los canales que alteran artificialmente el flujo hacia Chile, pero la pretensión central —el Silala es un manantial— no se pudo sustentar.
Por tales razones, se trata de un proceso internacional que causa más pesimismo que optimismo. Habrá que estar atentos a un fallo que podría ser otra derrota diplomática en estrados internacionales, como lo fue la demanda para que la CIJ determinara si Chile tenía o no la obligación de negociar una salida marítima soberana con Bolivia.