Los olvidados días lúgubres de la Covid-19
Resulta demasiado raro que tan fácilmente se hayan olvidado los lúgubres días del Covid-19, esos días en los que la muerte y la desesperación rondaban en las familias. No sabían dónde clamar auxilio, de pronto todos tenían que estar aislados en sus casas.
Enfermos internados en hospitales con médicos desconcertados, hornos crematorios que funcionaban hasta reventar, entrega de cenizas de seres queridos en bolsas de plástico sin saber si realmente correspondían a sus padres, hijos, hermanos o eran los restos de personas ajenas, las funerarias no se abastecían, los cementerios tampoco.
El Estado nadando en corrupción y el pueblo sumido en miedo y muerte, mientras los buitres de la política esmerados en una abominable campaña electoral.
Todo se ha olvidado, algo ha sucedido en la mente de la gente. ¿Efectos del Covid-19?, ¿de las vacunas?, ¿de los sistemas digitales idiotizantes? Todos aceptan ser parte del “rebaño” (del conjunto de animales) mientras que de acuerdo con la “nueva normalidad” los burócratas con entusiasmo disimulado avisan que ha llegado una “nueva ola” del Covid-19.
Qué casualidad, este virus nos visita cada Navidad y Año Nuevo, cuando el “rebaño” está apretujado; este virus sí que es “muy cumplidor” y se lo tiene que “retribuir” con “vacunas”, pero estas no caen del cielo, son fabricadas por grandes empresas farmacéuticas constituidas para ganar, no para perder, ¿quién constituye una empresa para perder?... Nadie y estalla una carrera desenfrenada en la Big Pharma por la venta de las vacunas que proporciona ganancias supermultimillonarias y los gobernantes se frotan las manos… tienen que comprarlas, es un negocio redondo para los burócratas y es el pueblo el que tiene que pagar para no morir. Negar todo esto sería ir contra la lógica elemental.
Pero veamos algo más. Tedros Adhanom Ghebreyesus es el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de nacionalidad etíope, es el primero en ese cargo que no es médico sino biólogo. Con él la burocratización, la politización, la corrupción se ha agravado en la OMS, de ahí la salida de los EEUU de este ente, que acusa a Adhanom de seguirle el juego a China con el Covid-19. Se sabe que el biólogo tiene graves responsabilidades al retrasar la alerta del Covid-19.
Tedros inició su carrera política en Etiopía, cuando su partido marxista-leninista fue apoyado por más de 20.000 soldados cubanos y 10.000 soviéticos, causó la muerte de dos millones de personas y otro tanto de refugiados políticos en el exterior. El ejército etíope acusó al director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, de buscar armamento para esta región.
Cientos de manifestaciones en todo el mundo, etíopes exiliados portaban lemas rechazando a Tedros como “los que matan no curan”, “genocida, responsable de crímenes contra la humanidad,”. (https://www.libertaddigital.com/ciencia-tecnologia/ciencia/2020-04-25/es...).
Los etíopes expresaban su más profunda indignación ante el nombramiento de Tedros como “jefe de la salud mundial”. No podían creer que el que los había conducido a la crisis sanitaria del cólera mortal fuera a ser alzado como el protector de la salud de los humanos en el planeta.
Si les interesa saber más sobre esta infamia, tengo escrito el libro Covid-19 y elecciones nacionales, Editorial Kipus, que se encuentra en librerías y puestos de venta.
Columnas de GONZALO PEÑARANDA TAIDA