Avatares de los proyectos argentinos de gas
YPF de Argentina está negociando con YPFB la culminación del contrato de exportación de gas que era en 2026, establecido en la Sexta Adenda, para 2024. Tal decisión parece obedecer a la desconfianza sobre el suministro del gas boliviano, necesario para enfrentar sus fuertes inviernos, razón por la que pagó un precio sin precedentes de 20 $us/MMBTU.
Por este motivo cerró el financiamiento con la CAF de 540 millones de dólares y con el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES), por 689 millones de dólares, para concluir la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner, que transportará gas de Vaca Muerta en Neuquén, que es la segunda reserva mundial de gas no convencional.
Si bien una de las preocupaciones argentinas es asegurar el abastecimiento de gas para su noreste, los proyectos que tiene YPF van más allá. Como las reservas de gas disponibles son grandes y la importación de combustibles significó un déficit energético que afectó su economía en más de 5.000 millones de dólares, está estudiando dos proyectos de construcción de plantas de LNG para la exportación de gas por barco.
Sin embargo, estos proyectos y el propio gasoducto tienen problemas en su ejecución. Tal es el caso del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) anunciado en 2003 y que recién en 2013 se inició, mismo que hasta hoy no está concluido y está bajo la dirección de Enarsa (ex-IEASA), ahora también a cargo del gasoducto Néstor Kirchner.
El gasoducto será de 36 pulgadas y tendrá una inversión estimada de más de 2.000 millones de dólares, que partiendo de la cuenca de Neuquén llegará hasta las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, y transportará 40 millones de metros cúbicos al día (MMM3/D) de gas. El primer tramo de 583 kilómetros conectará las ciudades de Tratayén (Neuquén) con Salliqueló (Buenos Aires), con capacidad de 22 MMM3/D, y podría estar terminado para el invierno de 2023. El segundo tramo, con 484 kilómetros, llegará de Buenos Aires hasta San Jerónimo (en el sur de Santa Fe), con 17 MMM3/D.
El intervencionismo, el estatismo, los subsidios y la falta de transparencia quiebran la seguridad jurídica y frenan el avance del proyecto. En junio de 2022 hubo un impase entre el Ministro de Desarrollo Productivo y la vicepresidenta Cristina Fernández a raíz del cuestionamiento, por parte del ministro, a la licitación de la tubería realizada por funcionarios de IEASA designados por la Vicepresidenta. La situación provocó la renuncia del Ministro.
Pese a todos los problemas, después de varios años de dilaciones y denuncias de corrupción, finalmente en agosto de 2022, YPF firmó el contrato para la construcción del Tramo 1 con Energía Argentina (actual Enarsa), con plazo de entrega hasta mayo de 2023. En la oportunidad el presidente Alberto Fernández dijo “no queremos nunca más que las tarifas en la Argentina estén dolarizadas”, en un mensaje contrario a los llamados a incrementar la producción de Vaca Muerta y a las tarifas de transporte. Ante estas declaraciones, las empresas han ratificado la necesidad de contar con reglas claras y duraderas antes de continuar con sus inversiones.
La construcción del Tramo 2 todavía se encuentra en tramitación con un cronograma de entrega hasta junio de 2024, aunque las empresas interesadas creen que el ajustado plazo es una limitante difícil de cumplir, opinión coincidente con los expertos en el tema.
Es posible que más allá de 2024 el gas boliviano siga siendo necesario para Argentina porque el gasoducto Néstor Kirchner tendría que contar con un Tramo 3 desde Santa Fe al norte, o revertir la dirección del gasoducto desde Bolivia, o ampliar el TGN, alternativas no desarrolladas por los argentinos.
El segundo proyecto es una planta de LNG a localizarse en Bahía Blanca, con una inversión estimada (antes de la pandemia) de 400 millones de dólares, en sociedad con la empresa americana Excelerate Energy y la Transportadora de Gas del Sur (TSG), que podría estar concluida el año 2025, si es que la decisión de inversión se tomara el primer trimestre de este año. La capacidad de producción con sólo un módulo será de 4 MMM3/D (igual a 1 millón de ton/año), pero puede fácilmente duplicarse con otro módulo.
El tercer proyecto es la construcción de otra planta de LNG, también en Bahía Blanca, con la empresa Petronas de Malasia; para tal efecto, firmó en septiembre de 2022 un Acuerdo de Estudio y Desarrollo con la empresa malaya, consistente en un vasto plan de inversiones, incluida la planta. Petronas opera en la Argentina con YPF desde 2014 y es exportadora de petróleo de Vaca Muerta.
Estos dos últimos proyectos todavía no cuentan con estudios de factibilidad ni planes de negocios, hasta el momento son sólo declaraciones de trabajos conjuntos, pese a la urgencia que Argentina tiene que encontrar mercados externos para la producción de Vaca Muerta, dada la estacionalidad de la demanda interna. El consumo argentino es de 190 MMM3/D, consumo que en verano baja hasta 130 MMM3/D.
Columnas de HUGO DEL GRANADO COSIO