Tribalismo en Comunicación de la UMSA
En uno de los diálogos de Platón se recrea un debate entre Sócrates y Protágoras. Ambos deliberan si la virtud se puede enseñar. Sócrates dice que la virtud no se puede ni enseñar ni aprender como se enseña y se aprende una ciencia. Entonces, ¿cómo se forma a una persona en la excelencia? A través del ejemplo.
En este tiempo, un docente que sólo transmite conocimientos puede ser sustituido con facilidad por la inteligencia artificial (IA). Si su saber es desactualizado, puede ser desplazado por el 0,0000 % de la IA. En cambio, si educa bajo la tesis de Platón, “en”, “de” y “para” la virtud, hasta la IA le seguirá.
Voy a contar un caso real que por sus paradojas parece ficción. Al final definirás si algunos docentes merecen ser desechados por la IA.
El director de la Carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Carlos Aguilar, organizó exámenes de competencia para contratar docentes en 12 materias. Este proceso tiene dos fases: 1) evaluación de méritos, y 2) evaluación de conocimientos. La primera requiere un solo tribunal para todos los postulantes. Evalúa sobre 40 puntos papeles: títulos, posgrados y libros escritos. La segunda necesita tribunales para cada materia en disputa. Mide sobre 60 puntos los conocimientos de cada postulante en exámenes de competencia.
Para asegurar el principio de igualdad en la competencia, el legislador de la Universidad elaboró normas orientadas a garantizar el cogobierno conformado por docentes y estudiantes. Por ello, los artículos 78 y 81 del Reglamento del Régimen Académico – Docente de la Universidad establece que las comisiones de méritos y de exámenes de competencia serán designadas “en la instancia de cogobierno”.
El artículo 2 del Estatuto Orgánico de la UMSA establece en tono imperativo (interpretación literal) que la base de la constitución y decisión es el cogobierno. El artículo 1 de la Resolución del Honorable Consejo Universitario (HCU) N° 049/2002 ordena: “Los tribunales de concurso de méritos y exámenes de competencia deben estar conformados por docentes titulares y dos estudiantes nombrados en el Consejo de Carrera o de Facultad correspondiente”.
El artículo 4 de la misma resolución señala la consecuencia de la violación del principio del cogobierno: “El incumplimiento (…) dará lugar al derecho de impugnación al proceso de concurso de méritos y exámenes de competencia”. Impugnar significa nulidad.
En una carta, el director de la Carrera de Comunicación confesó solito que violó este principio de la autonomía universitaria: “En sesión de la Comisión Académica Facultativa (CAF) del 16 de marzo solicité (…) se me permitiera designar tribunales para los exámenes de competencia”. Para designar al tribunal de méritos ni siquiera pidió permiso, le metió nomás.
En esa sesión del 16, sucedió algo paranormal. En el acta de esa reunión dice que el director de comunicación solicitó designar (solito) los tribunales y que los miembros del CAF autorizaron (violar el principio del cogobierno). La misma acta, en la página 1, señala que Aguilar no estuvo presente en esa reunión. Si no estuvo, ¿cómo solicitó? Carlos Aguilar no sólo violó normas universitarias, sino leyes físicas que rigen el espacio y el tiempo. Alguien falsificó el acta.
El director de Comunicación no sólo es paranormal, sino que es un mago porque hizo aparecer dos evaluaciones finales de méritos. Confesó su falta de IA solito en una carta en la que dice que la lista final es la del 23 de febrero del presente año. La comisión que él solito designó dice lo mismo. En la evaluación del 23, dos postulantes tenían 30,5 y 32,5, respectivamente.
Abracadabra, el director de Carrera hizo aparecer una segunda evaluación “final” fechada el 28 de febrero. En esta, los dos postulantes señalados aparecieron con 35,5 y 39 puntos respectivamente. Pregunté a los tribunales docentes si ellos habían aumentado los puntos. Ambos me dijeron que NO. Después de reunirse con el director dijeron: quizá. Luego dijeron: sí, en una carta del 27 de marzo. En esa misma nota, aseguran que la única lista válida es la del 23. Entonces, ¿quién hizo la lista del 28 y alteró las notas? La varita mágica de Aguilar. ¡Ah! Y por esas coincidencias de la vida, ambos postulantes resultaron ganadores.
Algo más, el director de Carrera posee también la capacidad de retroceder el tiempo para favorecer a su tribu. Por eso, aplicó el reglamento de admisión docente de 2010. Asesoría Jurídica de la UMSA, en una carta, indica que el reglamento vigente es de 2016.
Además de mago, es transformador. Trajo a dos docentes interinos de la Universidad Técnica de Oruro (UTO) y los transformó en titulares para conformar tribunales. ¡Ah! También es privatizador. Negó a tres docentes el acceso a las grabaciones de las exposiciones. Pidió orden judicial. ¿Acaso la UMSA no es pública? Aguilar la privatizó.
¿Por qué nombró solito a los tribunales? Para regalar notas y para garantizar la aprobación de sus “elegidos” incluso antes de la convocatoria.
Un grupo de docentes impugnó el proceso con 22 evidencias. El HONORABLE consejo facultativo, encabezado por el decano de la facultad de Ciencias Sociales, Edgar Pomar, dio por bien hecho todas las violaciones. El tribalismo funcionó. Ninguno de la tribu dijo: la autonomía consiste en respetar las reglas; hagamos de nuevo todo. El pensamiento crítico no va a clases en el HCF.
Por el contrario, el HCF “regularizó” las irregularidades que dieron nacimiento a los tribunales. Sus miembros desconocen que el “deber ser” es un imperativo de previo cumplimiento. La corrupción comienza con la violación a las normas.
Pero en todas partes hay gente justa, el Consejo Académico de la Universidad (CAU), dirigido por la vicerrectora María Eugenia García, anuló todo. Al ser superados por la lógica aristotélica, la tribu tocó tambores y quiere seguir metiéndole nomás al estilo MAS. Ahora, espera que el Honorable Consejo Universitario (HCU), encabezado por el Rector Óscar Heredia, lo arregle.
Doy por descontado que a los miembros del HCU les han presentado en algún momento de sus vidas a Platón, a Aristóteles y a Sócrates y saben que la virtud no se enseña con teoría, sino con el ejemplo.
¿Ya sabes quiénes pueden ser desechados por la IA?
El autor es periodista y abogado
Columnas de ANDRÉS GÓMEZ VELA