Si eres periodista, o aunque no lo fueras, esta historia debería interesarte
Son incontables las veces en que el poder político u otro lanzó insultos o denigró a periodistas con calificativos como “delincuentes”, “mentirosos”, “golpistas”, “vuvuzelas”, “pollos de granja” y muchos otros. También a los medios los califica como “desestabilizadores”, “políticos”, “cártel de la mentira”, “pititas” y demás.
Para muchos (y me incluyo) esto es pan de cada día y es un pelo más al gato que autoridades se refieran así a los periodistas y medios. “Es algo común” o “es normal” que te digan así, nos escuchamos decir, incluso hay quienes se jactan de que tal o cual autoridad se refiera así hacia nosotros.
Estas estigmatizaciones hacia un periodista o un medio de comunicación tienen un efecto desencadenador que es poco estudiado y que deriva en grandes lesiones a las libertades de prensa y de expresión.
Pero aquí una luz. Hace días, en Costa Rica, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia concedió un recurso de amparo a José Ureña, periodista del periódico digital CRHoy, a quien el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, en plena conferencia de prensa lo calificó de ser “sicarios políticos”, “desgraciados” y “gente chismosa”.
Para los magistrados del tribunal, esas expresiones representan un “ataque furibundo a la libertad de expresión, por cuanto generaba un efecto amedrentador, atemorizador, que provocaba autocensura”. Además, determinó que “ciertas expresiones y vocablos usados por los funcionarios no se justifican y sí constituyen un exceso, por lo que podrían promover el hostigamiento contra los medios y periodistas aludidos”, asimismo utilizar ese tipo de lenguaje “constituye una lesión a la libertad de prensa”. (El artículo completo lo podrá ver en www. LosTiempos.com)
Columnas de Rodolfo Huallpa