Muerte, créditos y enigmas
La muerte, en circunstancias no esclarecidas, del interventor del exbanco Fassil, Carlos Alberto Colodro, amplía el espectro de incertidumbres acerca de las irregularidades en la gestión de esa entidad financiera, podría ser un enigma más cuya resolución no despejará todas las dudas que origina y parece perfilarse como otro tema de instrumentalización con objetivos políticos.
En efecto, la caída de Colodro, la noche del sábado 26 de mayo, desde las oficinas donde trabajaba, en el piso 15 de un edificio de Santa Cuz, sucedió 48 horas después de que el director de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) revelara, en un programa televisivo, que más de 50 empresas y empresarios —la mayoría, cruceños— accedieron a créditos por más de 2 mil millones de bolivianos del Banco Fassil, que fueron desviados, entre enero de 2018 y mayo de 2021, a la cuenta de la sociedad matriz de esa entidad financiera.
Esa revelación, acompañada de la lista de los beneficiarios de esos “créditos vinculados”, suscita al menos dos cuestionamientos: el primero, acerca de la acción, u omisión, de la ASFI —con su actual administración— que no supo detectarlos a tiempo.
El segundo, sobre la oportunidad y propósito real de informar de esas irregularidades en las circunstancias elegidas por la mencionada autoridad.
¿En qué contribuye a la investigación del caso Banco Fassil revelar precisamente sólo los datos que conciernen a empresarios cruceños y no así el conjunto de las irregularidades cometidas por esa entidad financiera?
Respecto del misterio que rodea a las circunstancias del deceso de Colodro, es curioso que las únicas evidencias divulgadas sobre ese hecho sean una carta escrita por el fallecido —cuya autenticidad cuestiona su familia— y el informe forense de la autopsia que indica la causa de la muerte, pero nada dice de lesiones en el cuerpo del occiso que podrían ser anteriores a su deceso.
Hasta anoche, 48 horas después del levantamiento del cadáver de Colodro, nada se sabía acerca del contenido de los videos de las más de 60 cámaras de seguridad del edificio desde donde cayó el interventor del exbanco Fassil.
Este último aspecto no sorprende si consideramos que cuatro semanas después de un suceso similar en el que perdió la vida, también en Santa Cruz, uno de los abogados defensores del Gobernador cruceño, ningún informe de las pesquisas pertinentes fue evacuado por las instancias pertinentes.
Finalmente, son inquietantes las acusaciones formuladas por parlamentarios oficialistas que atribuyen la muerte de Colodro, a un “asesinato cruel” perpetrado por “esta organización criminal de los empresarios (cruceños) y todos los involucrados” en la investigación de la ASFI al exbanco Fassil.