Reforma de pensiones, metida de yuca
La reforma de pensiones es una clásica metida de yuca envuelta en papel celofán de la solidaridad
1.- El Gobierno es solidario con plata ajena. Coloca un impuesto (contribución solidaria) a los aportantes supuestamente “ricos” del sistema de pensiones para mejorar la renta de los pobres. Varios apuntes sobre esta nueva mamada.
2.- El sistema de pensiones paga rentas miserables a la mayoría.
3.- El sistema de pensiones llega sólo a 20 por ciento de la población. Los nuevos ricos (cooperativistas mineros, grandes, cocaleros y gremiales gigantes) creados por el capitalismo estatal de amiguetes del Gobierno, que en su mayoría están en el sector informal, no pagan impuestos y menos contribuyen a un sistema de pensiones.
4.- El sistema de pensiones está en crisis profunda. La nueva gestora de largo plazo fue tomada por militantes políticos que no conocen del sector. Han creado un monopolio público que ahora financia más libremente al Estado paquidérmico.
6.- Se hacen sólo parches al sistema. Se quiere un cambio integral que mejore las pensiones de todos, que se introduzca competencia y que la plata de todos los bolivianos sea administrada por gente competente y un buen gobierno corporativo de las empresas gestoras.
7.- La propuesta de reforma introduce un sistema que “obliga voluntariamente” a que la gente se jubile a los 65 años, claro, excepto los políticos. La ley dice que es para preservar la salud de la tercera edad (qué amorosos, ¿verdad?) y que las personas que voluntariamente quisieran seguir deben pasar por un examen médico de un burócrata del Estado. O sea, un militante decidirá si puedes o no seguir trabajando.
8.- La gente no trabaja después de la edad de jubilación porque quiere, sino por necesidad. La rentas de pensiones no alcanzan para una vida digna. No sean mamones. Disfrazan la solidaridad con una metida de yuca.
Columnas de Gonzalo Chávez Álvarez