El simbolismo del 22 de enero
Mañana, como todos los 22 de enero desde hace 15 años, es el día de la Fundación del Estado Plurinacional de Bolivia, una fecha cuyo simbolismo evoca más a un personaje que al “reto histórico de construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario (…)”, como lo enuncia la Constitución Política vigente.
En efecto, a diferencia de la celebración del aniversario de la independencia de Bolivia, el 6 de agosto de cada año, instaurado así porque ese día del año 1825 se firmó el Acta de la Independencia, la celebración de mañana está instituida por un decreto vigente desde el 20 de enero de 2010.
Entre las razones que ese decreto considera figuran el “triunfo democrático histórico” del Movimiento Al Socialismo y su candidato presidencial en las elecciones generales del 18 de diciembre de 2005, y “que el 22 de enero de 2006, Evo Morales Ayma asume la conducción del Estado en representación de las naciones y pueblos indígena originario campesinos”.
De manera coincidente, un 22 de enero, éste de 2002, Evo Morales fue expulsado del Congreso Nacional “por abuso de su representación parlamentaria”, esto no está mencionado en el decreto mencionado.
El último de los considerandos de esa norma señala “Que el 22 de enero de 2010 se instituye el Estado Plurinacional de acuerdo con la Constitución Política del Estado”, lo cual es muy discutible.
Eso, porque la Constitución a la que se refiere el decreto no menciona en parte alguna la fecha del 22 de enero y, además, entró en vigencia solo el “día de su publicación en la Gaceta Oficial” —condición instaurada por el mismo texto constitucional—, es decir, el 7 de febrero de 2009.
Podría pensarse que la Constitución actual fue “aprobada por el pueblo boliviano”, mediante referendo, un 22 de enero, pero no, esa consulta ciudadana tuvo lugar el 25 de enero de 2009.
Respecto de los referentes simbólicos de genuino carácter plurinacional que podría evocar esta fecha apelando a los enunciados de la Constitución, es evidente que en los casi 15 años de su vigencia no se logró dejar “en el pasado el Estado colonial, republicano”, tan o más vigente en la actualidad, por ejemplo, en la estructura y desempeño del sistema de administración de justicia cuyo desprestigio no deja de crecer.
La imposición inconstitucional del Tribunal Constitucional Plurinacional de prorrogar en sus funciones a los más altos magistrados del Órgano Judicial cuyo “periodo de mandato o ejercicio en el cumplimiento de funciones será de seis años”, como lo establece la Constitución, es otra muestra de que su proclamado propósito de “avanzar hacia una Bolivia democrática” no se está cumpliendo.