Día Internacional del Libro
Hoy, cuando más de 100 países celebran el Día Internacional del Libro, se constata nuevamente el escaso hábito de lectura que tenemos los bolivianos, y si en los últimos seis años esto ha mejorado levemente, como lo demuestran la pervivencia de editoriales nacionales y la aparición de nuevas, se debe más a iniciativas privadas y otros factores, que a acciones iniciadas desde el Estado a pesar de que existe, desde hace 11 años, una ley específica para el fomento de la lectura.
Una encuesta realizada por la empresa Ipsos en las ciudades de Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y El Alto en octubre de 2018 revelaba que el 48 por ciento de los entrevistados no había leído ni un libro en los anteriores 12 meses.
Seis años más tarde, en abril de 2022, otro estudio, éste realizado por Captura Consulting también en las cuatro mayores ciudades del país revelaba que el 45 por ciento de los encuestados no había leído alguno desde abril de 2021.
Que en seis años, el porcentaje de quienes declaran haber leído al menos un libro en los 12 meses precedentes haya pasado de 52 a 55 por ciento es una señal positiva de la mejoría en nuestros hábitos de lectura.
Pero es insuficiente, pues el hecho de que prácticamente apenas cinco de cada 10 bolivianos no lean libros nos excluye de los índices de lectura mundiales, como el del sitio WorldAtlas, que constata que los habitantes de Canadá, Francia, otros países europeos y algunos asiáticos, leen más de 15 libros cada año. En general, en el mundo se ha registrado un aumento en el número de lectores de libros atribuido por algunos estudios a la experiencia de los confinamientos durante la pandemia de Covid, en 2020.
No se conoce de estudios recientes sobre nuestros hábitos de lectura y es de esperar que la tendencia al alza que muestran las dos encuestas citadas continúe y se acelere.
Sin embargo, hay un factor que permite pensar que los bolivianos leemos cada vez más: la vitalidad de las empresas editoras que publican con regularidad nuevas obras —en Cochabamba se presentaron tres entre fines de marzo y los primeros días de abril— la aparición de una nueva editorial y la creciente y renovada producción literaria nacional.
A ello se suma el dinamismo de las librerías, cuyo número ha crecido en los últimos años. Y si hay más lugares donde comprar libros, nuevos y usados, es porque hay más gente que encuentra placer en la lectura: un disfrute que motiva al 47 por ciento de los encuestados por Ipsos Ciesmori en diciembre de 2022.
No es sólo placer lo que proporciona la lectura, pues también “aumenta la autoestima, mejora la autoconfianza, desarrolla la empatía y contribuye a mejorar la seguridad emocional (…) reducen el estrés y facilitan las relaciones sociales”, como lo constatan especialistas en neurología y psicología clínica de un hospital de Córdoba, España, citados por EuroNews.