Una buena pregunta
En una esquina X de la ciudad, de pronto mi marido exclama “buena pregunta” mirando a un papá en moto cuyo hijito de unos siete años le acababa de preguntar “¿por qué ese auto se pasó de frente si el semáforo estaba en rojo?”.
Esa pregunta nos la han hecho muchas veces nuestros propios hijos y estoy segura de que sus hijos a ustedes también.
Es que, en su inocencia, los pequeños aún no saben muchas cosas del mundo de los adultos... algunos las aprenden de grandes y de ese modo es que se repite el círculo vicioso y entonces tenemos lo que tenemos y somos lo que somos; algunos se mantienen firmes a su educación y principios, otros no... y se pasan las normas por donde mejor les gusta.
Volviendo a la pregunta del niño, ¿qué se le puede responder?, ¿qué explicación le habrías dado tú?, ¿cómo aprovechas esta imperdible oportunidad para educar a tu hijo y hacer que de grande no esté del lado de los infractores de normas?
¿Cómo le explicas que en otros países, incluso vecinos, tienes que usar casco si vas en moto o bici, cinturón de seguridad si vas en automóvil, que tienes que frenar si ves a un peatón merodeando por el paso de cebra (aunque no haya nadie disfrazado del animal), o que si vas en una rotonda tienes tú la preferencia?
Créanme que esto puede ser motivo para crearle una tremenda confusión cognitiva al chico que ve que en su país se hace todo al revés.
En fin... falta mucho en nuestra hermosa pero indisciplinada tribu.
Columnas de MÓNICA OLMOS