¿Cuántos falsos médicos hay?
Cómo se puede explicar que un supuesto médico haya atendido a una gran cantidad de pacientes en la ciudad de Santa Cruz hasta provocar dos muertes y dejar a por lo menos 50 personas con secuelas perjudiciales sin que instancia alguna —corporativa o del Estado— se haya percatado de sus operaciones. ¿Qué pasó?
Todo indica que el impostor, Christian Gosen, era buscado en Chile por haberse hecho pasar por psiquiatra durante 20 años y al verse descubierto escapó a Bolivia, para ejercer como médico con un título falsificado.
El falsario, conocido como el “estafador de mil caras”, se hacía pasar por gastroenterólogo y logró captar pacientes rápidamente, porque ofrecía sus estudios a mitad de precio. Hasta su detención a fines de abril.
Y, de no ser por la inquietud y el compromiso del concejal Mamen Saavedra que prestó atención a las denuncias, probablemente, seguiría operando sin que las autoridades llamadas a controlar el ejercicio profesional de la medicina se percaten.
El legislador edil cruceño y un grupo de denunciantes encontraron en flagrancia al falso médico que, mientras era llevado a la Policía guardaba silencio cuando le preguntaban: ¿Qué profesión tiene?
El detenido, quien luego se quitaría la vida, fue denunciado por sus víctimas, pero también por los médicos y la universidad que detectó que su título era falso. Sin embargo, ya se perdieron vidas y otros pacientes tendrán que vivir con secuelas.
En Bolivia, el Ministerio de Salud es responsable de la supervisión y control del ejercicio profesional en coordinación con el Colegio Médico. Pero, si el “estafador de las mil caras” pudo operar por tanto tiempo sin que nadie verifique su legalidad: ¿Qué o quién garantiza que no hay más falsos médicos en el país?
Columnas de KATIUSKA VÁSQUEZ