Actividad peligrosa
El Servicio Departamental de Salud decomisó en el mercado La Pampa una gran cantidad de productos de higiene personal falsificados, fármacos y otros de consumo. En más de una ocasión se ha advertido a la población sobre este riesgo y sobre las organizaciones criminales que están detrás de esta producción ilegal, las cuales no miden las consecuencias con el único fin de obtener dinero.
El contrabando y la falsificación de productos están estrechamente relacionados, lo cual se evidencia en las calles y mercados tanto del área rural como urbana. La gente opta por comprar estos productos debido a su bajo precio, pero también porque muchas de esas marcas no se venden en comercios legalmente establecidos.
El Sedes advierte que el champú adulterado puede causar infecciones en la piel, así como problemas respiratorios y en el cuero cabelludo. En el caso del consumo de medicamentos de contrabando, como los antigripales, los expertos señalan que puede provocar hasta siete tipos de afecciones, como alergias y alteraciones en el sistema nervioso. Ante esta peligrosa situación, se sugiere a las personas que tomen medidas de precaución para verificar la legitimidad de un fármaco.
En 2023, como parte de la lucha contra el contrabando, se llevaron a cabo 21,700 operativos de interdicción y se logró decomisar más de 53 millones de bolivianos en productos ilegales de importación. La venta de medicamentos de contrabando no es un fenómeno nuevo, ni en Bolivia ni en otros países, por lo mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a otros organismos internacionales, nacionales y locales han expresado su preocupación durante varios años.
Es necesario recordar que en 2019, la Policía descubrió una mega fábrica de medicamentos falsificados en una vivienda ubicada en Villa Bolívar de la ciudad de El Alto. En el lugar se encontraron maquinarias de alta tecnología de imprenta, un laboratorio, equipos e implementos valuados en un millón de dólares, además de envases, etiquetas con los nombres de los fármacos, recipientes, cuadernillos, armas de fuego, moldes y otros elementos.
Lo más preocupante fue que también había químicos para fabricar sustancias medicinales, fórmulas para elaborar productos adulterados, además de números de Identificación Tributaria (NIT) de funcionamiento, facturas y recibos por grandes sumas económicas.
A pesar de los controles, esta actividad continúa y se ha modernizado en cuanto a la cadena de producción y distribución de esos fármacos adulterados o falsificados. Es por eso que a pesar de los esfuerzos de las autoridades y las instituciones, es fundamental que la población sea consciente de evitar comprar fármacos y productos de limpieza personal o consumo de contrabando, ya que estarían poniendo en riesgo su salud.