Dos diálogos clave
Hoy y mañana tendrán lugar dos diálogos que podrían marcar un punto de inflexión para la economía del país: el Gabinete Social Extraordinario y el Diálogo Nacional por la Economía y la Producción, ambos con el Ministerio de Economía y con el desafío de escuchar todas las demandas e iniciativas de sectores representativos de la población en busca de revertir la actual situación económica del país.
El primero tendrá lugar hoy, con la Central Obrera Boliviana (COB) y otras organizaciones sociales para conocer las demandas de la clase trabajadora y sus necesidades en la actual coyuntura del país. El Gabinete Social, de acuerdo a lo sugerido por el Gobierno, debe actuar con una visión integradora, que no sólo busque paliar los efectos inmediatos de la crisis, sino también establecer las bases para un sistema de protección social más robusto y resiliente.
El segundo, el que más concentró la atención, se realiza mañana con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia y otros sectores empresariales y con una agenda tan amplia que incluye temas polémicos, tales como el tipo de cambio del dólar y el ajuste fiscal.
La economía boliviana, marcada por su dependencia de sectores como los hidrocarburos y la minería, enfrenta el desafío de diversificar sus fuentes de ingresos y crear empleo de calidad en un contexto de incertidumbre global. Por ello, el Diálogo Nacional debe abordar, además, cuestiones críticas, como la formalización del empleo, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, la promoción de la inversión y la innovación, y la sostenibilidad ambiental.
Para que el Diálogo Nacional sea efectivo, es esencial que todas las voces sean escuchadas y que las decisiones se basen en un consenso que refleje los intereses de toda la sociedad. Esto incluye no solo al Gobierno y al sector privado, sino también a los sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y comunidades indígenas, quienes deben tener un papel protagónico en la definición del futuro económico del país.
La reactivación económica no tendrá un impacto duradero si no está acompañada de políticas sociales que garanticen la inclusión y el bienestar de toda la población. De la misma manera, las políticas sociales deben ser sostenibles económicamente, lo que requiere una economía dinámica y diversificada.
Ambos diálogos deben mostrar una total apertura hacia nuevas soluciones, que no se circunscriban a lo que hasta ahora se ha estado haciendo y, sobre todo, deben estar los más exentos posibles de intereses partidistas y sectoriales. La sinergia entre estas dos plataformas puede ser la clave para construir un camino hacia una Bolivia más justa, próspera y equitativa.