Daño irreversible
La deforestación como consecuencia de los incendios registrados en los últimos tres meses en Bolivia, ha superado los tres millones de hectáreas; un millón de ellas corresponden a las áreas protegidas, según informaron diferentes instituciones, entre las cuales se encuentra el Gobierno. Son cifras que duelen y que hacen reflexionar a más de uno en cómo quedará nuestro territorio después de esto.
Santa Cruz es el departamento más afectado a nivel nacional, con más de medio centenar de incendios en 13 municipios que ya se han declarado en situación de desastre y otros dos que están en evaluación de los daños registrados. Pese a ello, casi todas las regiones sufrieron el humo emanado por los millones de árboles quemados, y miles de bolivianos, sin discriminación, respiran el aire contaminado.
Además de la flora y fauna gravemente afectadas, también hay poblaciones indígenas que se han tenido que desplazar por las llamas y la humareda. El sector del turismo y la hotelería se suman a los sectores que sufren por los incendios, que en su gran mayoría son provocados por personas inescrupulosas.
La lucha contra el fuego ha sido ardua, pero insuficiente. Muchos hoteleros combaten las llamas con su personal y ponen a disposición sus vehículos, además de víveres. A ellos se suman los bomberos de las instituciones del estado y los voluntarios que llegaron de distintas partes del país para ayudar en la sofocación y rescatar a personas y animales afectados.
La declaratoria de emergencia establecida por el Gobierno permite ahora destinar más recursos para las actividades de sofocación de los incendios y de atención a las poblaciones y sectores afectados.
El presidente Luis Arce, en su cuenta de X, escribió que el Decreto Supremo N°5219 que declara Situación de Emergencia Nacional en nuestro país servirá para proteger el medioambiente, la salud de las personas, la biodiversidad y las actividades de la población ante la presencia de incendios forestales que afectan varias regiones del país.
Al mismo tiempo, informó que ayer llegaron 60 bomberos forestales de Brasil, con quienes se dio inicio al trabajo del Comando Conjunto Binacional Bolivia – Brasil, en San Ignacio de Velasco, Santa Cruz. Entre las principales tareas se realizarán sobrevuelos e identificarán las zonas afectadas por las quemas indiscriminadas.
A las acciones impulsadas desde todos los niveles del Estado, se suman el clamor y la oración de los pobladores de Ascensión de Guarayos, quienes ayer, de rodillas, pidieron que llueva para sofocar los incendios, como sucedió en otras ocasiones.
Roguemos que la suma de tareas dé resultado y en las siguientes horas se sofoque todo el fuego, aunque después quedará el desastre ambiental provocado por el fuego que arrasó miles de árboles y plantas, mató a cientos de animales y desplazó a otros de su hábitat.