Quillacollo, la altiva
“Quillacollo, la altiva y gloriosa”, reza el primer verso de su himno compuesto en letra por Juan José Quezada y en música por el inmortal Teófilo Vargas. Esta ciudad hoy celebra su aniversario.
El 14 de noviembre de 1900, Quillacollo era reconocida oficialmente como ciudad. Cinco años más tarde, el 14 de septiembre, recibió el reconocimiento como provincia, aunque para no confundirse con la efemérides de Cochabamba celebra el 12. De cualquier manera, estas fechas marcan un hito, pues Quillacollo irrumpía en la historia consolidando su importancia no sólo por su ubicación estratégica, sino también por su contribución al crecimiento económico y social del departamento.
Quillacollo es hoy la segunda ciudad más importante de Cochabamba, y su evolución es testimonio de la capacidad de esta tierra para adaptarse a los tiempos modernos, mientras mantiene vivas sus tradiciones y su identidad cultural. Conocida por albergar la festividad de Urkupiña, que cada agosto atrae a miles de peregrinos, la ciudad ha sabido posicionarse como un punto clave para el turismo religioso, con un gran aporte a la economía local.
Quillacollo ha crecido no sólo en población, sino también como centro económico dinámico. Su cercanía a la capital departamental, Cochabamba, la ha convertido en un nexo vital para el comercio y la industria. La producción agrícola y ganadera que tradicionalmente caracterizó a la región ha evolucionado, sumándose a las actividades comerciales y manufactureras que impulsan el desarrollo.
El crecimiento urbano de Quillacollo ha sido notable, con nuevas áreas residenciales, proyectos de infraestructura y mejoras en los servicios públicos.
El aporte de Quillacollo a la economía del departamento es innegable. Su proximidad a los valles agrícolas y a las rutas de transporte clave le ha permitido convertirse en un centro de distribución de productos, tanto dentro de Cochabamba como hacia otras regiones del país. La industria y el comercio locales han crecido de la mano del desarrollo de la ciudad, ofreciendo oportunidades laborales y fortaleciendo el mercado interno.
Además, la ciudad se ha posicionado como punto de atracción para la inversión, con proyectos que buscan potenciar aún más su capacidad industrial y comercial. Su población joven y dinámica, así como su ubicación estratégica, le permiten ser una ciudad con grandes oportunidades de crecimiento.
A pesar de su crecimiento acelerado y su evolución hacia una ciudad moderna, Quillacollo no ha perdido su esencia. Quillacollo ha demostrado ser una ciudad capaz de adaptarse a los cambios sin perder su esencia y su búsqueda de prosperidad.
“Quillacollo, siempre fuiste baluarte de honor”.