200 años de independencia
“Invoco a sentirnos orgullosos de nuestras riquezas, tradiciones y pluralidad cultural artística, turística, gastronómica”, decía ayer el Presidente del Estado durante la ceremonia de apertura del Año del Bicentenario de la Independencia de Bolivia, en la ciudad de Sucre, Chuquisaca, apelando así al factor esencial de la celebración de ese magno aniversario: el sentimiento íntimo que nos hace bolivianos.
“Hacemos un llamado a la unidad de las bolivianas y los bolivianos (…) y, junto a ese llamado a la unidad, también una convocatoria a resolver nuestras diferencias y tensiones sociales, políticas, económicas y culturales a través de la cultura de la paz, unidad y paz social”, agregaba el Presidente en la alocución de circunstancia con la que inauguró de manera la conmemoración oficial de nuestros primeros dos siglos de país independiente y soberano.
Esa unidad a la que se refería Luis Arce Catacora tuvo su primera manifestación en las cerca de 500 personas —representantes de gobernaciones, universidades y municipios— que desde diversos puntos del país llegaron a Sucre y asistieron a esa ceremonia realizada en el seno mismo de nuestra independencia, donde nació Bolivia: en Sucre.
Es en esa ciudad donde sesionó la primera asamblea de diputados del denominado Alto Perú, a partir de julio de 1825.
Esa asamblea, denominada “deliberante”, en sesión del 6 de agosto de aquel año, decidió que el territorio de Charcas, o Alto Perú, se erigía en “un Estado soberano e independiente de todas las naciones tanto del viejo como del nuevo mundo”.
Fue la declaración emancipatoria cuyo propósito se completó cinco días después, el 11 de agosto de 1825, cuando se determinó, mediante decreto, que “la denominación del nuevo Estado es, y será para lo sucesivo, República Bolívar”. En esa misma norma se determinó que “la ciudad capital de la República y su Departamento se denominarán en lo sucesivo Sucre”.
Desde hace 16 años nuestra denominación oficial no incluye la palabra república, pero la Constitución enuncia con claridad, en su artículo 11, que “la República de Bolivia adopta para su gobierno la forma democrática, representativa y comunitaria, con equivalencia de condiciones entre hombre y mujeres”.
Bolivia somos todos los que nacimos en esta tierra y también aquellos que sin ser nativos adoptaron esta patria como suya. Todos sentimos el orgullo de ser bolivianos. Ese “sentimiento colectivo debe plasmarse en una renovación de fe en la construcción de nuestro Estado Plurinacional de Bolivia”, invoca el Presidente.
Esa fe comienza en el corazón de todo boliviano e inspira la voluntad personal de ser mejores ciudadanos, en cada uno de nuestros actos y aspiraciones.
¡Feliz año del Bicentenario!