Campesinos marchan en Potosí y son recibidos con aplausos
Una marcha pacífica de campesinos que exigían respeto por la wiphala, la bandera multicolor indígena, fue recibida ayer con aplausos y banderas blancas en la ciudad de Potosí.
Los campesinos llegaron esta noche hasta Potosí, donde el fin de semana hubo episodios de violencia en medio de la crisis desatada desde las fallidas elecciones del 20 de octubre.
Antes de que ingresaran a la ciudad, el nuevo gobernador potosino, Omar Veliz, se dirigió a los manifestantes para pedirles que marchen "con mucha calma, con mucha tranquilidad", según un video difundido por el diario El Potosí.
"La gente en la ciudad les está esperando con mucho aprecio y respeto. Nosotros tenemos que comportarnos también muy respetuosos", les instó Veliz, del partido de Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Tras el pedido de Veliz, los campesinos recorrieron las calles de Potosí portando wiphalas y algunos con banderas blancas, con una escolta policial que iba por delante.
Aplausos, pañuelos blancos, más wiphalas y arengas de "paz" para el país fueron parte del recibimiento que les dieron los habitantes potosinos en distintos trechos del recorrido, que en el último tramo fue acompañado por una banda musical.
Al llegar a la plaza principal de la ciudad, los movilizados participaron junto al gobernador, los policías, representantes de la Defensoría del Pueblo y varios ciudadanos en la iza de las banderas boliviana, potosina y la wiphala, y también cantaron el himno nacional, según las imágenes de El Potosí.
Después de aquello, los campesinos iniciaron el retorno a sus comunidades.
Potosí fue una de las ciudades que sostuvo una huelga ciudadana en las últimas semanas, primero por diversas reivindicaciones regionales y luego por las denuncias de fraude a favor de la reelección de Evo Morales en las recientes elecciones generales que la Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó en un informe.
Veliz asumió el cargo en reemplazo de Juan Carlos Sejas, también del MAS, quien renunció al cargo el fin de semana, en medio de la tensión que derivó en la renuncia de Morales a la Presidencia.
La dimisión del líder indígena agravó la crisis, con disturbios que han dejado hasta el momento 18 personas muertas y 542 han resultado heridas.
Tras su renuncia, hubo episodios en los cuales algunos detractores de Morales bajaron la wiphala de varios lugares donde estaba izada, otros la patearon o la quemaron al asegurar que esa bandera no los representaba.
Algunos policías fueron más allá y la retiraron de sus uniformes, lo que caldeó aún más el ambiente y causó que pobladores de origen aimara arrasaran puestos policiales en ciudades como La Paz y El Alto.
Tras estos sucesos, el Gobierno interino boliviano ha realizado diversos actos de desagravio a la bandera multicolor que no han logrado apaciguar a los afines a Morales que piden la renuncia de la presidenta Jeanine Áñez.