Educación Bachilleres buscan su futuro en medio de dudas, cursos y falta de internet
Al menos 158.950 estudiantes salieron bachilleres este año, pese a sólo haber cursado dos meses de manera presencial y cuatro de forma irregular. La situación es incierta para muchos, otros intentan seguir estudiando y los del área rural enfrentan una barrera más crítica.
Este año el 21 de septiembre, Día del Estudiante, será diferente para todos ellos.
Gabriel tiene 18 años recién cumplidos y el año no fue para nada como esperaba. Sin polera de promoción ni actividades propias del último año, cuenta que se sintió frustrado y muchas veces deprimido.
“Fue muy raro cuando nos llamaron para llevar nuestros papeles para el diploma, porque no era como creí que pasaría. Pero el mayor problema es que no sabía nada, no aprendí nada este año”, contó.
La situación llevó a que él y sus padres busquen soluciones al vacío formativo. La primera fue la de retomar los cursos que ofrecía el colegio en el que estudia. El primer día de estas nuevas clases, se percató que, del aula de 28, al menos 20 tomaron la misma decisión.
La situación es similar en otros bachilleres que no sólo tomaron los cursos del colegio, sino que se inscribieron en otros institutos para ampliar sus conocimientos. Ese es el caso de Leonardo, que también cursa talleres de robótica y tecnología.
Por el momento está emocionado, pues considera que es algo que no hubiera aprendido en el colegio.
Sin embargo, la situación es más complicada para Claudia que aún no decide qué estudiar. “Empecé el año con la idea de ser médico y luego pensé en derecho y ahora estoy considerando veterinaria.
Esperaba esos exámenes de aptitudes para que me guíen, pero nada”, dijo. Claudia contó a Los Tiempos que aún no sabe qué hacer, por lo que no tomó ningún curso ni otras alternativas. Además, las clases virtuales no fueron de su agrado, así que sólo esperará que termine el año.
Área rural
Del total de bachilleres, más de 30 mil corresponden al área rural del país. Al menos, 24 mil no tienen acceso a internet y sus opciones para educarse en algún programa son mínimas, pues depende de maestros que decidan usar la radio u otros medios alternativos.
Los maestros rurales demandan soluciones para que este sector no se quede sin ningún apoyo educativo adicional. Esto ampliaría aún más la brecha formativa entre unos y otros, explicó el dirigente de la Confederación de Maestros Rurales de Bolivia, Andrés Huayta.
Aseguró que la principal preocupación son los bachilleres, pues, a diferencia de los que están en cursos inferiores, ya no tendrán otro año para recuperar lo que no pudieron aprender en este.
Las aulas en Bolivia se cerraron el 16 de marzo, cuando se conoció de los primeros casos de coronavirus al país. El 2 de agosto, el Gobierno central determinó la clausura del año escolar y de este modo se desató el caos.
Ahora, los estudiantes buscan sus propios medios para formarse. Colegios e institutos no dudan en ofrecer sus servicios con diferentes costos. Sin embargo, la mayor parte no podrá acceder a ellos por cuestiones económicas.
LA CRISIS EDUCATIVA
Sin pandemia, la educación en Bolivia ya sobrevivía en medio de la improvisación y la permanente soflama política, justificada por una ley artificiosa y un anacrónico sindicato del magisterio.
A pesar de tener una ley educativa relativamente nueva, la educación nunca se convirtió en una política de estado tras los 14 años de gobierno del MAS y sólo sirvió para un manejo artero y propagandístico con fines siempre electoralistas. Este periodo se caracterizó, por una ley (070) excesivamente genérica y solamente enunciativa, una normativa educativa confusa e imprecisa, incontrolados casos de corrupción y venta de cargos, cantidad ilimitada de funcionarios improvisados y sin la debida formación, cuestionada capacitación docente “en masa” de nulo impacto social y engañosas cifras de disminución de la deserción escolar, todo esto, siempre solapado por una dirigencia cómoda, improductiva y clientelar.
Todo un ciclo de oportunidades perdidas, que amalgaman con un gobierno “transitorio”, cuyo Ministro de Educación se muestra desconcertado en un Ministerio de Educación, Deporte y Culturas, que le fue heredado con una fuerte carga política, dentro un sistema educativo carente de infraestructura, capacidad instrumental y recursos técnicos.
El desenlace, el mismo. La pandemia no hizo más que poner en una deprimente evidencia lo que sabíamos de la educación en el país, que es un “verdadero desastre”. La clausura de la gestión educativa y escolar no fue en sí misma el mayor error, como lo fue el realizarlo sin prever otras opciones educativas para los niños y jóvenes, en un país que ya de por sí, no da opciones educativas ni recreativas o de ocio.
La pandemia puso en aprietos a todos los sistemas educativos del mundo y fue el nuestro el que le dio una de las peores salidas, pues no consideró que los entornos familiares tienen profundas carencias materiales, limitaciones de recursos tecnológicos y escasa capacidad para fomentar espacios de aprendizaje alternos.
Greby Rioja
El autor es doctor en educación y catedrático.
MINISTERIO INTENTA SUBSANAR FALENCIAS CON CURSOS PREUNIVERSITARIOS GRATIS
REDACCION CENTRAL
Ante la falencia formativa con la que salieron los bachilleres de esta gestión, el Ministerio de Educación optó por ofrecer cursos preuniversitarios gratuitos. Las clases comenzaron el pasado lunes.
Se trata del Programa Preuniversitario 2020, gratuito y en la vía virtual, destinado a 158.950 bachilleres que existen en todo el país, señaló el ministro Víctor Hugo Cárdenas.
La autoridad dijo que los bachilleres no necesitan inscribirse, sino que ya existe un registro de la totalidad de los estudiantes que salieron este año. El Ministerio habilitó la dirección digital https://preuniversitario.minedu.gob.bo/login/index.php, donde solamente deben anotar el número del RUDE para confirmar su participación.