Oposición va camino a renovarse, pero con riesgo de repetir esquemas
Dos agrupaciones políticas coincidieron este último diciembre en realizar sus respectivos congresos nacionales con el objetivo de renovar y actualizar sus programas y directiva y también para adecuar sus estatutos tal cual los exige la Ley de Organizaciones Políticas.
Se trata de Comunidad, organización que preside el expresidente Carlos Mesa y que forma parte de la alianza Comunidad Ciudadana —junto con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), Primero la Gente, Chuquisaca Somos Todos y Libre— y Unidad Nacional (UN), del empresario Samuel Doria Medina.
Si bien es saludable que las agrupaciones políticas, en general, hagan vida orgánica, renueven directivas, programas y estatutos, las preguntas son ¿lo están haciendo bien? y ¿qué objetivo persiguen con estas actividades de renovación partidaria?
Sobre estos ejes conversamos con la politóloga y experta en temas de democracia y partidos políticos Marité Zegada.
La oposición está intentando reposicionarse para este 2022. Desde la crisis de los partidos de los años 80 y 90 que no han logrado articular una alternativa política fuerte frente al Movimiento Al Socialismo (MAS).
“En votos, la oposición en Bolivia tiene alrededor del 25 a 30 por ciento del voto duro. El problema es que, para cada elección, ese voto que la población toma responde a distinto candidato y diferente organización”, explica Zegada.
En las elecciones de 2005, la primera fuerza opositora era Podemos; en 2009, cambió a Convergencia Nacional; luego, en 2014, a Unidad Demócrata (alianza UN y Demócratas), y finalmente, en 2020, a Comunidad Ciudadana.
“No hay un líder o un partido que esté articulando ese voto. Migran de una sigla a otra, de un líder a otro”, detalla la politóloga.
Este proceso de la oposición, de cambiar sigla y líderes para cada elección, muestra una gran debilidad.
Sin embargo, pese a esas falencias que viene arrastrando la oposición en general, para Zegada la iniciativa de renovarse de Comunidad y de Unidad Nacional es loable. “Yo creo que estos partidos están buscando habilitarse como alternativa para el país, de manera más seria y no solamente de forma coyuntural”, dice la analista.
A diferencia de la organización política Creemos, que nació como una sigla claramente electoralista con anclaje regional (Santa Cruz), Comunidad Ciudadana desde el principio aclaró que su objetivo es convertirse en partido político de alcance nacional.
“De ahí a que realmente lo logren consolidando su votación hay un trecho muy incierto. Se pensó durante los últimos años que Demócratas era la organización política más seria en Bolivia; sin embargo, actualmente prácticamente ha desaparecido”, puntualiza Zegada.
Otro partido que nació con grandes expectativas de alcanzar una militancia nacional fue Unidad Nacional, creada hace ya 20 años. Si bien logró posicionarse marginalmente con algunos representantes nacionales, no alcanzó a tener una presencia realmente nacional.
Repitiendo esquemas
Para la politóloga, no hay opciones en la oposición y están buscando construirlas. “Sin embargo, temo que están repitiendo los mismos esquemas fallidos con los que han estado los últimos 20 años tratando de hacerle frente al MAS”.
Zegada dijo que existe la necesidad de crear un frente político popular que pueda hacerle frente al MAS, probablemente con un discurso que capte al mismo electorado del oficialismo, que es muy potente y está claramente descontento.
DE 11 PARTIDOS 10 CUMPLEN NORMATIVA
De los 11 partidos políticos que tienen personería jurídica acreditada ante el TSE, sólo uno cumplió con la adecuación de estatutos, los otros 10 presentaron el viernes esos documentos. Los partidos con personería acreditados ante el TSE son: Acción
Democrática Nacionalista (ADN), Movimiento Tercer Sistema (MTS), Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), Partido Demócrata Cristiano (PDC), Movimiento Al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), Unidad Cívica Solidaridad (UCS) Unidad Nacional (UN), Frente Para la Victoria (FPV), Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol) y Movimiento Demócrata Social.
LA ALTERNATIVA ES BUSCAR A LOS SECTORES POPULARES
REDACCION CENTRAL
Para la analista Marité Zegada, la actual oposición sigue en la lógica de los partidos formales, muy vinculados a sectores académicos o sectores de clase media. “Con este esquema no van a lograr mejores resultados”, sentencia.
Para la próxima elección, probablemente un “outsider” que aparezca puede tener mucho más éxito que nuevamente las mismas estructuras partidarias.
El caso concreto de Comunidad Ciudadana, ha logrado un buen porcentaje de votación en las elecciones nacionales, pero ha caído en las subnacionales.
“Creo que en Bolivia hay que pensar en formas distintas de representar la política, y más de lo mismo no dará resultado para hacer frente al MAS”, dice la politóloga.
Construir un partido al margen de esta dinámica nacional popular (campesinos, comerciantes, transportistas, gremiales) es impensable.
Para Zegada, este conjunto llamado lo nacional popular en Bolivia es muy amplio y Comunidad Ciudadana, Demócratas o Unidad Nacional no han logrado penetrar en ese espíritu de lo popular en Bolivia. Algo que el MAS sí está haciendo por su perfil, pero que incluso también está en crisis por las rupturas que se han visto, especialmente con sectores indígenas. Y hace poco con los gremiales.
Son sectores que no están logrando representarse en el campo político. No tienen un líder, una organización que los capte, y la oposición debe hacerlo, finaliza la analista.