Analistas: El Gobierno acapara las fuentes de empleo con fines políticos
"Mi hija está trabajando para el Gobierno, es el único lugar donde se puede, sino no hay trabajo", dice una mujer que vende pescado en inmediaciones de la Ceja de El Alto. No hay trabajo formal, al menos, coinciden otros comensales en el puesto emplazado en plena avenida, en una ciudad donde, al igual que en las otras del país, la informalidad campea.
"Aquí, el único trabajo formal que puedes obtener es en la función pública, el resto es contrabando, pareciera que al Gobierno no le interesa crear más fuentes laborales y sí o sí tienes que ser del partido para acceder a uno de estos puestos", dijo un periodista de Yacuiba que prefirió mantener su nombre en reserva.
El Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), que ya lleva 17 años en el poder, tiene una estrategia de acaparamiento de las fuentes de ingresos y de empleo en el país. Esta se guía, principalmente, con fines políticos en vez de económicos, advirtieron algunos analistas.
El economista Hugo Balderrama señaló que el Ejecutivo tiene un modelo de control estatal "mucho más sutil" del que hubo en otros países de izquierda, como en Cuba.
"Al MAS no le interesa hacer gestión económica, al MAS le interesa tener el poder y el control total. Eso es algo que debemos decirlo claramente. Hay que empezar a cuestionarse que el Gobierno nos ponga buenas intenciones para crear todo tipo de empresas estatales", manifestó Balderrama.
Añadió: "Mientras más grande el Estado, menos libertad para la gente".
El economista Gonzalo Chávez consideró que el Gobierno de Luis Arce tiene un modelo económico basado en un "capitalismo de amiguetes", que acapara el sector productivo con base en relaciones de favores.
"El Estado comienza a participar y a capturar rentas en minería, hidrocarburos y otros sectores. Por supuesto, en eso acapara parte del sector privado tradicional. Lo que tenemos, por lo tanto, es un capitalismo de amiguetes, pero en un mar de informalidad", resaltó Chávez.
En esta línea, el economista no cree que exista un total desplazamiento del sector privado, pues el nivel de informalidad en el país ha crecido considerablemente.
Para Chávez, el sector privado no sólo está conformado por asociaciones de grandes y pequeños empresarios (formales), sino por un masivo número de personas que se ganan la vida sin pagar impuestos ni ceñirse a ninguna norma laboral vigente en el país.
"Yo diría que este Gobierno se apoya en la economía informal", dijo.
¿Empleo formal?
El politólogo Marcelo Aruquipa cuestionó qué se puede entender como empleo formal, ya que incluso en el mismo aparato estatal se tienen contratos bajo la figura de "consultor en línea", lo cual impide el acceso a ciertos derechos laborales que sí tienen quienes cuentan con un ítem.
"Creo que es difícil atribuir la falta de empleo y el crecimiento de la llamada informalidad sólo a la administración pública", mencionó.
Para Aruquipa, el punto no es quién sea el principal empleador, sino el trato que se le da a los trabajadores. "El espíritu de la política de este Gobierno es estatista, eso implica que el Estado se convierta en el principal empleador", dijo.
Empresas eficientes
El Gobierno ha resaltado siempre su modelo económico. Los Tiempos intentó conocer la posición del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (Sedem) y el Ministerio de Desarrollo Productivo sobre las declaraciones de los analistas citados, pero no se obtuvo respuesta.
No obstante, en un informe del Ministerio de Economía se destaca que las empresas públicas han permitido la "sostenibilidad, generación de empleo aportando al Estado con recursos que coad-yuvan al 'vivir bien'" a través de bonos y políticas sociales. "Las empresas públicas demuestran eficiencia, esto permite indicar que se eligió el camino correcto al impulsarlas", dice el documento.
Sin embargo, Balderrama indicó que las empresas públicas, al ser financiadas con recursos públicos, no tienen un criterio de mercado, sino político y de intereses para favorecer a sus aliados.
"Llegan con subsidios y no hay disciplina de mercados. Viven del dinero de la gente para seguir operando. De esta forma, por supuesto, es difícil que fracasen, sino que siguen siendo sostenidas por los recursos públicos", cuestionó.
Gobierno habla de superávit
En mayo de este año, el Ministerio de Economía informó que las empresas públicas registraron superávits desde 2006, a excepción de 2020. En 2021, se obtuvo 2.873 millones de bolivianos de balance positivo.
No obstante, otros datos oficiales señalan que el balance global de las empresas públicas en 2021 fue un déficit de 2.331 millones de bolivianos.