Falta agua hasta para consumo humano en algunos municipios
En los departamentos de Santa Cruz y Chuquisaca hay municipios donde escasea hasta el agua para el consumo humano porque las represas y atajados se secaron a causa de la sequía que azota a siete de los nueve departamentos de Bolivia.
La directora del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de Santa Cruz, Paola Weber, informó que hay 25 municipios declarados en desastre, de los cuales 21 son por sequía, 14 por incendios y dos por lluvias; sin embargo, esta cifra subirá a 27 porque se aguarda las declaratorias de Ascensión de Guarayos y Valle Grande.
Para Weber, el panorama más crítico se vive en San Rafael, San Antonio de Lomerío, Gutierrez y Ascensión Guarayos, donde la gente no tiene agua para su consumo. “Las fuentes de abastecimiento se secaron por la falta de lluvia y no tienen cómo abastecerse”, sostuvo.
Como medidas paliativas se gestionan la distribución de agua en carros cisterna y la perforación de 28 pozos, porque se espera que el periodo de lluvia demore hasta enero del próximo y no hasta diciembre como inicialmente se esperaba. “Hay 28 cisternas que están trabajando en los municipios afectados, y se está agilizando el envío de dos cisternas al municipio de Vallegrande, que está en proceso de declararse en una zona de desastre”, precisó.
Los principales afectados son pequeños productores que dedican al cultivo de frijol, sorgo, maíz y hortalizas, quienes han perdido 71.946,6 hectáreas de cultivos y unas cientos de cabezas de ganado. “Son 24.143 familias afectadas por los diferentes eventos adversos como heladas, sequía e incendios forestales”, precisó.
Los efectos de la sequía tienen consecuencias negativas en la seguridad alimentaria de las familias golpeadas por los fenómenos climáticos.
Chuquisaca empeora
Una situación similar a la de Santa Cruz se presenta en el departamento de Chuquisaca, donde el número de municipios en estado de desastre debido a los efectos de la sequía subió de 13 a 18. En Macharetí no sólo falta agua para riego, también para el consumo de la población, debido a la prolongada sequía que se registró este año.
El secretario departamental de Medio Ambiente y Madre Tierrra, Jairo Gutiérrez, lamentó la pérdida de más de 12.600 hectáreas de cultivos de papa y hortalizas, principalmente.
En Tarija también se siente los efectos de la sequía y la muerte de peces en el Pilcomayo. El director de Gestión Ambiental Riesgos y Cambio Climático de la Gobernación de Tarija, Reiner Jhon Figueroa Robles, mencionó que el municipio de Entre Ríos formalizó su declaratoria de emergencia por la sequía, pero todo el departamento siente los efectos de la falta de lluvia. “Nosotros hasta octubre registrábamos cinco buenas lluvias, pero hasta ahora no tenemos ninguna”, lamentó.
El Comité de defensa del río Pilcomayo en Villa Montes denunció que disminuyó el caudal del río por efectos de la sequía, lo que provocó la muerte de cientos de peces. Piden ayuda inmediata a las autoridades.
Efectos de La Niña serán hasta 2023
El fenómeno climático La Niña, que afecta a las temperaturas globales y agudiza las sequías e inundaciones, continuará en Bolivia incluso hasta 2023, cuando empiece a menguar su intensidad, informó el Servicio de Nacional Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
El director del Senamhi, Hugo Mamani, dijo que el fenómeno de La Niña en Bolivia se está manifestando este año con el retraso de las lluvias en la región del altiplano, valles y algunas regiones del Chaco, y no se descarta que en los próximos meses se presente con inundaciones en la parte oriental y la Amazonía. Este fenómeno está en Bolivia presente desde el año 2020.