Revelan que Apaza, preso por la quema de mercado, sufría golpizas en la cárcel
El que fuera presidente del Comité de Autodefensa de Adepcoca, César Apaza, fue golpeado de forma constante por un grupo de reos en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, en La Paz, reveló ayer su abogada defensora Evelyn Cossío.
Cossio hizo esta denuncia a El Deber, después de que el dirigente cocalero sufrió una embolia en el penal el martes.
“No denuncie esto doctora, no voy a salir vivo de aquí”, clamó el dirigente cocalero, en noviembre del año pasado, cuando fue trasladado de la cárcel de San Pedro a Chonchocoro y fue llevado a una celda a la que ingresó un grupo de reos que le dio la “bienvenida”, es decir, le propinó una feroz golpiza.
Ahora la defensora, presume que Apaza era sometido a golpes y maltratos constantes, por los que exige que le practiquen exámenes forenses.
Denunció que, a pesar de sufrir un Accidente Cerebro Vascular (ACV) que lo tiene recluido en el Hospital de Clínicas, medio cuerpo está paralizado y no puede hablar, los informes médicos señalan que no tiene nada. Además, denunció que pretenden trasladarlo a la cárcel de Chonchocoro, “donde sin duda morirá”.
La defensa buscará que la justicia disponga medidas sustitutivas a la detención preventiva, como la detención domiciliaria, por su delicado estado de salud, pues necesita asistencia, incluso, para ir al baño.
Apaza está detenido cinco meses, desde el 22 de septiembre de 2022, por el ataque y quema del mercado ilegal de coca en Villa El Carmen, del sector afín al dirigente Franklin Alanes. Por el mismo caso, 22 cocaleros están detenidos en Chonchocoro y San Pedro.
En noviembre pasado, el dirigente cocalero fue trasladado de San Pedro a Chonchocoro con el argumento de que se le encontraron celulares en su poder. Entonces, el director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, calificó el hecho como “una falta grave”. Su defensa denunció el cambio como un “abuso”, puesto que las penas de los delitos por los que se imputa a Apaza son mínimas.
En tanto, varias cocaleras, como Tomasa Medina, denunciaron que la nueva dirigencia de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) de los Yungas la hostiga al punto que le han quitado su casa y es víctima de robos en los alojamientos en los que se refugia.