Hamás anuncia la muerte de siete rehenes y aumenta la presión a Israel para una tregua
El grupo islamista Hamás anunció este viernes la muerte de otros siete rehenes "en bombardeos israelíes" y asegura que han fallecido en similares circunstancias más de 70 desde que comenzó la guerra, un anuncio que aumenta la presión sobre Israel para alcanzar una tregua después de que las conversaciones de esta semana en París y Doha se hayan estancado.
"Intentamos mantenerlos con vida, pero (el primer ministro israelí) Benjamín Netanyau insistió en matarlos, a los siete, por ataques del Ejército israelí", afirmó en un comunicado Abu Obeida, portavoz de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamás.
Hamás confirmó la identidad de tres de los rehenes supuestamente muertos, los ancianos israelíes Haim Peri, Yoram Itak Metzger y Amiram Cooper, de los que hace semanas ya avisó que no tenía información sobre su estado o paradero, al haber perdido el contacto con la célula que los retenía.
"Después del examen y la verificación durante las últimas semanas, hemos confirmado el martirio de varios de nuestros combatientes y el asesinato de siete prisioneros del enemigo en la Franja como resultado del bombardeo sionista. Anunciaremos los nombres de los otros cuatro fallecidos tras confirmar sus identidades", indicó Obeida.
Con los siete rehenes dados por muertos por Hamás, el grupo elevó a más de 70 el total de secuestrados que han muerto en cautiverio "como resultado de las operaciones militares del ejército enemigo", mientras que Israel solo ha confirmado la muerte de unos 30.
Las autoridades israelíes aún no se ha pronunciado sobre la veracidad de estas afirmaciones; y según sus datos, quedan dentro de la Franja 130 rehenes de los 253 que fueron secuestrados el pasado 7 de octubre, de los que una treintena estarían muertos. Hay además cuatro cautivos desde hace años, dos de ellos fallecidos.
El anuncio de Hamás llega cuando las negociaciones para un nuevo acuerdo de tregua, que permita otro intercambio de rehenes por presos palestinos, parecen encalladas después de varias reuniones en París y Doha, que implicaron a EEUU, Egipto y Catar, países mediadores, aunque las posiciones de Israel y Hamás siguen alejadas.
Hamás insiste en que una tregua temporal vaya acompañada de un acuerdo para un cese de las hostilidades en una segunda fase, a lo que Israel se opone, decidido a continuar su ofensiva terrestre en la Franja en Rafah, extremo sur en la frontera con Egipto, donde quedan cuatro batallones del grupo islamista.
Una tregua podría retrasar la incursión en Rafah, donde hay desplazadas 1,4 millones de personas, pero nunca cancelarla, ha insistido Netanyahu.
"No capitularemos ante las delirantes exigencias de Hamás. Estamos decididos a traer de vuelta a todos los rehenes, con o sin un marco de acuerdo", afirmó anoche Netanyahu sobre una posible tregua, aunque dijo que es aún "demasiado pronto" para saber si saldrá adelante.
El borrador de acuerdo aún no cerrado contempla una tregua de unas seis semanas, posiblemente coincidiendo con el Ramadán que empieza el 10 de marzo, y un canje de diez presos palestinos por cada rehén.
"El precio que aceptaremos por cinco o diez prisioneros vivos es el mismo que habríamos pagado por todos los prisioneros si no hubieran muerto en los bombardeos del enemigo", señaló Hamás sobre las negociaciones para un acuerdo de tregua.
Desde que comenzó la guerra, Israel y Hamás solo lograron un acuerdo de tregua de una semana a finales de noviembre, que permitió liberar a 105 rehenes a cambio de 240 prisioneros palestinos.
Cuatro rehenes fueron liberadas por Hamás en octubre y tres fueron rescatados por el Ejército -dos de ellos hace unas semanas en una exitosa operación en Rafah-, mientras que se han recuperado los cuerpos de once rehenes, tres de los cuales mataron por error las tropas israelíes.
Sin embargo, Egipto se mostró hoy esperanzando ante la posibilidad de una tregua y señaló que el Ramadán sería el "tiempo límite", porque si la guerra continúa durante el mes sagrado para el islam tendrá "consecuencias nefastas", afirmó el ministro de Exteriores, Sameh Sukri.
A la espera de un posible alto el fuego, los combates siguen con intensidad en Jan Yunis, en el sur de la Franja, así como en el centro del enclave, mientras la situación humanitaria en el norte sigue agravándose, con 700.000 personas en riesgo de hambruna y una decena de bebés que ya han muerto por desnutrición y deshidratación en los hospitales de la zona.
En casi cinco meses de guerra, han muerto en la Franja más de 30.200 personas, incluidas los 115 gazatíes que murieron ayer en un caótico incidente durante el reparto de alimentos en ciudad de Gaza, en el que Israel admitió haber abierto fuego, pero achaca la cifra de víctimas a una avalancha provocada por la muchedumbre hambrienta que se abalanzó contra los camiones.
Fuentes médicas de la Franja aseguran que las víctimas atendidas eran mayormente heridas de metralla y disparos, mientras que la comunidad internacional, incluido EEUU, Alemania o Francia, han pedido a Israel que abra una investigación independiente sobre lo ocurrido ayer.