Rescatan a obispo y sacerdote que cayeron al río durante inundaciones en Cobija
El obispo de Pando, monseñor Eugenio Coter, y el párroco de Cobija, P. Elias Siripi, se vieron involucrados en un incidente peligroso mientras realizaban tareas de auxilio en la zona inundada de Cobija, donde se han registrado más de 3.000 damnificados. Los religiosos estuvieron a la deriva durante 20 minutos en el río Acre después de que el motor de su pequeña embarcación se enredara en cables sumergidos
Ambos sacerdotes lograron salir ilesos gracias a la intervención oportuna de los rescatistas. A pesar del percance, monseñor Coter afirmó que se encuentran en buen estado y continuarán con las labores de evaluación y ayuda a los afectados por las inundaciones.
Según reportó TVU Pando, el obispo de Pando, monseñor Eugenio Coter, y el párroco de Cobija, P. Elias Siripi, dialogaron con un periodista en la orilla del río Acre. "Un accidente con suerte", comentó el periodista, a lo que Coter respondió con una sonrisa de alivio: "Sí, gracias a Dios. Fuimos a rescatar a los inundados y terminamos rescatados nosotros".
El entrevistador, preocupado por su estado físico, insistió en saber si se encontraban bien. "Sí, estamos bien", aseguró Coter. "Enseguida nos cambiaremos y continuaremos la evaluación porque estamos impulsando un trabajo de ayuda a los damnificados. Pedimos tranquilidad a la gente y queremos asegurarles que estamos en buen estado", añadió.
Por su parte, el párroco Elías explicó que la corriente del agua era muy fuerte y cada uno tuvo que buscar la mejor manera de salir. "Yo llegué hasta la copa de un árbol, desde donde fui rescatado", relató.
Entre bromas, añadió: "A Dios gracias, salimos del incidente. Sí, sé nadar y todo está bien". El sacerdote también mencionó que, a pesar de estar empapado, solo había perdido sus documentos.
Declaratoria
El municipio de Cobija ha declarado estado de desastre en toda la ciudad, debido a que al menos 15 barrios se encuentran bajo agua. Se estima que cerca de 1.000 familias se han visto afectadas y muchas de ellas han tenido que ser alojadas en coliseos deportivos y escuelas. Organizaciones sociales han lanzado programas de solidaridad y han pedido mayor asistencia del Estado, que ya ha enviado ocho toneladas de alimentos.
A pesar de la difícil situación, las autoridades han reportado una disminución en el cauce del río Acre, que alcanzó un récord de 16 metros en la región. Sin embargo, las poblaciones brasileñas vecinas, especialmente Brasilea y Villa Epitacio, aún enfrentan cuadros dramáticos debido a las inundaciones.