Vuelven a clases en Cobija y los pandinos apuran limpieza para ocupar sus casas
En Cobija (Pando) el nivel del agua que la semana pasada alcanzó el techo de las casas comenzó a bajar y la gente apura las tareas de limpieza para volver a sus hogares y dejar los refugios instalados en coliseos.
En Bolivia están afectados por las lluvias pobladores de los nueve departamentos.
En Cobija hay unas 30 mil personas damnificadas que perdieron su ropa, sus muebles, sus electrodomésticos, “prácticamente todo”. Se trata de la tercera parte de la población total de Cobija, aseguró el director departamental de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR), Ernesto Roca.
Los niños se quedaron sin material escolar ni uniforme, aun así volvieron ayer a clases, aunque con tolerancia en la asistencia, horario y en el uniforme.
Roca indicó que las tareas están enfocadas en el retiro de lodo de las casas y calles. Adelantó que ahora toca encarar las tareas de salubridad ante la aparición de enfermedades respiratorias, conjuntivitis y sabañones, entre otras enfermedades que se presentan tras una inundación.
Alertó que la emergencia continúa en los municipios de El Porvenir, Santos Mercado y Filadelfia por el riesgo de desborde de los ríos Tahuamanú y Madre de Dios.
Los damnificados necesitan medicinas, agua y comida, principalmente.
En el ámbito nacional, el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que se mantiene la alerta naranja por riesgo de desborde en ríos en los nueve departamentos del país y en La Paz y Pando se mantiene la alerta roja hasta el 11 de marzo.
Añadió que en Bolivia hay 43 fallecidos, más de 36 mil familias afectadas y hay unas 842 viviendas completamente destruidas. “Hay más afectación y pérdidas en las viviendas que el año pasado”, confirmó.
Limpieza
El departamento de La Paz es el más golpeado, informó Calvimontes. Allí se mantienen las tareas de limpieza en los municipios de Palca y Guanay.
La localidad de Montero Hoyos, en el municipio de Santa Cruz de la Sierra, se mantiene la emergencia ante la crecida del Río Grande.
El caudal se llevó los defensivos y desgasta el terraplén de tierra; los comunarios temen que se inunden sus viviendas y sembradíos.
El Sernamhi activó la alerta naranja por desbordes de ríos en todo el territorio nacional.