Tras observaciones por identidad, INE dice que basta dar nombre sin apellido
La inclusión del nombre y apellido en la boleta que se aplicará en el Censo de Población y Vivienda el 23 de marzo es innecesaria y sólo genera desconfianza en la población, coincidieron dos investigadores.
Sobre este punto, la coordinadora general del programa del Censo Nacional de Población y Vivienda, Martha Oviedo, aclaró que los datos recabados en la boleta están resguardados por el “secreto estadístico”.
En el capítulo F de “Listado de personas” de la boleta censal figura un espacio para el llenado del nombre y apellido de todas las personas que durmieron en la vivienda la noche anterior al día del censo, y en el capítulo G de “Características de la persona” se pide el nombre del censado. Oviedo precisó que no se solicitará el apellido o carnet de las personas censadas, solamente el nombre.
“Nosotros sí preguntamos por el nombre, pero no es con una situación de tener el nombre completo. Nos dicen: ‘María es la jefa de hogar’, para tener la relación. María es la jefa de hogar, tiene dos hijos, un hijo es varón, otra hija es mujer y tiene un esposo”, explicó la funcionaria.
Al respecto, la directora del Centro de Estudios de Población (CEP) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Miriam Camacho, observó la inclusión del nombre completo porque no es necesario para los fines estadísticos que se busca con el censo y más bien genera desconfianza en la gente.
Sostuvo que era suficiente incluir el nombre de pila para facilitar el diálogo, “generando cierta empatía”.
Para el investigador Carlos Borth, es “absolutamente incensario” el nombre en la boleta censal porque se trata de levantamiento de cifras, de datos que permitirán conocer la realidad demográfica del país y otra información que no tiene que ver con la identidad de las personas.
Expresó su desconfianza por el uso que vaya a darse a los nombres de las boletas porque, a su juicio, la ley no garantiza que se utilice la información con otros fines.
Para la coordinadora del Centro de Planificación y Gestión (Ceplag) de la UMSS, Carmen Ledo, es importante el nombre para generar empatía entre el encuestador y los encuestados, pero no es necesario el apellido e incluso puede utilizarse un sobrenombre como una manera de entrar en confianza para luego entrar de lleno en el llenado del formulario.
Mencionó que no debe perderse de vista la importancia del censo y se debe “declarar la verdad y nada más por la importancia para planificar el desarrollo del país, para saber cuánto hemos avanzado o retrocedido en relación al censo de 2010 y no podemos farrearnos esta oportunidad”.
Contar con datos actuales permite conocer la situación del país que servirán para la planificación de políticas de desarrollo a través de las instancias departamentales y nacionales.
La autoidentificación y religión no son incluidas
En la boleta censal no se incluye la opción “mestizo” como autoidentificación como ocurrió en 2001.
Entonces, el Instituto Nacional de Estadística (INE) solamente pidió a la población responder a la pregunta “¿Se considera perteneciente a alguno de los siguientes pueblos indígenas u originarios?”.
En el Censo de Población y Vivienda tampoco se tomará en cuenta el tema de la religión, por lo que la Iglesia católica anunció que por su cuenta realizará un sondeo, con el objetivo de determinar cuántas personas se adscriben a las diferentes religiones o no profesan ninguna.
El anuncio fue realizado por el arzobispo de La Paz, Percy Galván.
Aclaró que este sondeo sobre la religión no será este 23 de marzo sino en el transcurso de este 2024. “Haremos un pequeño sondeo sobre este tema para tener una aproximación por muestreo de la presencia de católicos, evangélicos, de otras Iglesias y ateos en nuestra Bolivia”, dijo Galván.