Urbano y metropolitano, los rostros de Bolivia que plantean nuevos retos
En las últimas décadas, Bolivia experimentó un proceso de urbanización, es decir, su población se ha venido concentrando en áreas urbanas donde su contribución ha sido y es fundamental, pero también se incrementaron demandas mayores, como el de educación salud, empleo y prestación de servicios, en desmedro de despoblamiento en las áreas rurales.
Censo 2024
Según datos del Censo Nacional de Población 2024, presentados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia tiene 11.312.620 habitantes. Santa Cruz es el departamento más poblado con 3.115.386 habitantes, seguido por La Paz con 3.022.000, Cochabamba con 2.005.000, Potosí con 856 mil, Chuquisaca con 600 mil, Oruro con 570 mil, Tarija con 534 mil, Beni con 477 mil y Pando con 130 mil.
Al tiempo de proporcionar estos datos, el director del INE, Humberto Arandia, dijo que el país ahora es más metropolitano y que las manchas urbanas se extendieron en las ciudades capitales.
“Metropolización, urbanización, realidades innegables y palpables. Las manchas urbanas que antes eran un sólo municipio se ampliaron a otros municipios, como Santa Cruz, cuya mancha urbana saltó a otros municipios, como Cotoca”, dijo.
Metropolización
En diálogo con Los Tiempos, la experta demógrafa Teresa Polo señala que en Bolivia se ha vivido un proceso de urbanización muy importante con el crecimiento de ciudades principales y de ciudades intermedias. “Hasta la fecha, casi más del 70 por ciento de la población está en las zonas urbanas y el resto está en zonas rurales, es decir, en localidades con menos de 2 mil habitantes”, puntualiza.
Polo asegura además que este fenómeno de urbanización es similar al que se han vivido en otros países, tal vez un poco más tardío en el nuestro.
“Bolivia cada vez más está siendo un país más urbano, debido, fundamentalmente, a las migraciones que se producen desde las áreas rurales al eje troncal”, señala.
Crecimiento horizontal
Para la doctora en planificación urbana-regional Carmen Ledo, el desarrollo económico boliviano se ha caracterizado históricamente por su baja aceleración y por su carácter de alta heterogeneidad regional, sectorial e insuficiencia productiva.
Ledo advierte que la característica de la metropolización estuvo basada en un crecimiento horizontal de las huellas urbanas, de baja densidad y carente de planificación, esto sucedió en las tres metrópolis de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba y causa múltiples daños y cargas ambientales.
Ledo hace énfasis en que en el ámbito nacional, las cuatro grandes ciudades de Bolivia habían creado en su espacio circundante “regiones metropolitanas” de gran envergadura: en La Paz, las ciudades de El Alto y Viacha, aunque exista una tendencia asimilar el crecimiento de la ciudad de El Alto, con el dinamismo de la hoyada; lo propio acontece en Cochabamba y su espacio metropolitano que incluye a siete municipios: Cochabamba, Sacaba, Quillacollo, Colcapirhua, Tiquipaya, Vinto y Sipe Sipe, y en el área metropolitana de Santa Cruz, se incluye seis municipios: Santa Cruz de la Sierra, Warnes, Cotoca, La Guardia, Porongo y El Torno.
“Es evidente que las áreas metropolitanas han creado una serie de actividades complementarias, tales como la industrial principalmente en El Alto y Viacha en La Paz. En Cochabamba, es nítida la presencia de actividades de transformación industrial en el eje dirigido a Quillacollo, de importante producción agrícola en Tiquipaya, Colcapirhua, Vinto y Sipe Sipe (valle central de Cochabamba)” afirma.
Efecto de la urbanización
Para Teresa Polo, el efecto que tiene la urbanización y la metropolización, sobre todo en términos económicos, es que las ciudades crecen geográficamente y cuando estas ciudades ya no tienen dónde crecer, entonces crecen las ciudades circundantes en el proceso de metropolización. “Si el Estado no es capaz de ofrecer mejores condiciones de vida, entonces estos procesos de urbanización y metropolización se pueden convertir en desafíos y en áreas de pobreza, áreas de marginalidad de tugurización de las ciudades donde se asientan las personas con menores recursos”, señala.
Polo hace hincapié en que este es el impacto que se tiene en las ciudades grandes cuando se dan procesos migratorios importantes y cuando el Estado no es capaz de generar políticas públicas que vayan a mejorar las condiciones de vida de toda la población.
Despoblamiento rural
Polo analiza el fenómeno de despoblamiento de áreas rural y sostiene que esto sí tiene un impacto importante, porque la gente deja sus lugares de origen y disminuye la producción agropecuaria.
“Tenemos mucha gente que se va hacia las ciudades y la producción, en términos cuantitativo, disminuye. Entonces ahora, en los mercados encontraremos cebolla y palta de Perú, frutas de otros países. Esto se da porque ya no tenemos agricultores que van a estar produciendo. Estos son aspectos que tienen un impacto social y económico”, enfatiza.
Tasa de crecimiento
Teresa Polo indica que la tasa de crecimiento ha disminuido en el país porque las mujeres ahora tienen menos hijos que en el pasado y este hecho, enfatiza, tiene relación con el proceso de urbanización y metropolización, migran las mujeres del campo a la ciudad y acceden más a niveles educativos, acceden a la información y a los servicios de salud y de planificación familiar y todo esto hace que las mujeres decidan tener menos hijos.
“Esta disminución de la fecundidad, que tiene un impacto en el crecimiento de la población, también tiene un impacto en la tasa de fecundidad por todos los beneficios que le da el vivir en áreas urbanas con respecto a las áreas rurales”, puntualiza Polo.
Polo advierte que las mujeres de la zona norte (poniendo como ejemplo Cochabamba) con un grado alto de educación, acceso a seguros médicos, profesiones, han bajado sus tasas de fecundidad y nupcialidad, se casan más tarde y pueden planificar su vida reproductiva.
“En cambio, las mujeres de zonas rurales, sus tasas de fecundidad son más altas, porque no pueden planificar su vida reproductiva, a veces no acceden a la educación.
Cuando migran a las ciudades, ellas tienen posibilidad de acceder a todos esos servicios antes señalados. Estos son los impactos más importantes en el proceso de urbanización y metropolización, en cuanto a la población”, concluye.
Informe del PNUD
El Informe Nacional sobre Desarrollo Humano en Bolivia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de 2015, destaca que la nueva configuración de la población boliviana se caracteriza porque una mayoría de personas vive en las regiones metropolitanas, con perfiles demográficos en edad económicamente activa y en un escenario de crecimiento de clases medias, que hoy son el grupo mayoritario del país.
Las regiones metropolitanas forman parte de una realidad social sin retorno; la nueva Bolivia urbana ha llegado para quedarse por varias décadas, indica.