Uruguay, del sueño al desafío en Catar
Ninguno de los futbolistas uruguayos olvida cuánto les costó alcanzar el pase a Catar 2022, cómo padecieron en las eliminatorias, al borde del fracaso, resurgidos a última hora a golpe de victorias a las órdenes de Diego Alonso, que rearmó y relanzó a la selección celeste rumbo a la fase final del Mundial, donde se presenta con toda la ambición y con todas las expectativas, pendientes de confirmación hoy en su estreno ante Corea del Sur.
El sueño de reencontrarse con su pasado más reluciente (cuando fue el campeón original del torneo, allá por 1930 en Montevideo, y cuando protagonizó el “Maracanazo”, allá por 1950 en Brasil) y la convicción que le aporta la determinación de su técnico, la calidad de sus futbolistas, la fuerza de Fede Valverde, los goles infinitos de Luis Suárez y Edinson Cavani o la irrupción de Darwin Núñez se transforman en un desafío enorme, que no admite ni dudas ni concesiones, sólo victorias.
Las derrotas de Argentina, 1-2 con Arabia Saudí, o Alemania, 1-2 contra Japón, advierten al equipo uruguayo en la primera cita en Catar 2022, con el estrecho margen que permite un grupo con otros tres competidores, teniendo en cuenta que los otros dos (Portugal y Ghana) adquieren sobre el papel una dimensión mucho más expresiva que su adversario de hoy, el vigésimo octavo del ranking FIFA. Uruguay es decimocuarto.
El partido para Corea del Sur es una prueba de fuego, que dispondrá de Son Heung Min, provisto de una máscara diseñada por el Tottenham que protegerá todo lo que ocurra alrededor del ojo dañado el pasado 2 de noviembre y que lo mantenía en duda hasta ahora, aunque Paulo Bento, su técnico, confirmó que estará disponible hoy.
Su nombre lidera al equipo surcoreano, que sólo ha perdido uno de sus nueve encuentros más recientes.