Salva Moya: "En Brasil un aficionado puede acabar en la cárcel por un delito de odio"
Salvador Moya, doctor en Humanidades y experto en racismo en el fútbol, afirmó este martes que por un delito de odio, como los que ha sufrido Vinicius en España, "un aficionado en Brasil puede ser esposado y acabar en la cárcel".
"La ley 19/2007 contempla duras sanciones, el Código Penal también tipifica los delitos de odio y Vinicius está pidiendo que se apliquen sanciones con contundencia. En Inglaterra ni son más listos ni más buenos, antes tuvieron el problema y antes empezaron a combatirlo", explica Moya.
"El francés Lilian Thuram es uno de los principales activistas contra el racismo. Cuando se retiró emprendió una cruzada a través de su Fundación. Clarence Seedorf y otros también portaron esa bandera cuando colgaron las botas. En cambio Vinicius se agarra a ella en el mejor momento de su carrera, no hay ningún precedente como el suyo. El 26 de marzo de 2024 pasará a la historia de nuestro fútbol porque una de sus figuras, Vinicius Jr., se derrumbó entre lágrimas como víctima del racismo. El talentoso delantero brasileño mostró su lado más entrañable ante la atenta mirada de los periodistas que, en un gesto solidario, rompieron a aplaudir contagiados por la emotividad de sus palabras", añade en un artículo en EFE.
"Dada su juventud, no sé si era consciente de la trascendencia de su denuncia. Vinicius sufre racismo en el fútbol español y esta vez no respondió en el césped con gestos en plena 'batalla', lo hizo de forma reposada y meditada en una sala de prensa, incapaz de contener su emoción. Era el momento justo y el lugar perfecto. En Valdebebas, donde cada día acude a entrenar y ha crecido profesionalmente. En Madrid, donde reside y se ha ganado el cariño de su afición. En la presentación de un partido contra el racismo, ideal contexto para recordar la lacra que le atormenta y que padece en los estadios. Ante la prensa brasileña y española, que se hace eco de sus alegrías con el balón y ahora de su tristeza como cualquier ser humano", argumenta el autor de libros como 'Sin Odio. De la A la Z".
"El fútbol como la vida misma es un ejercicio de superación. Vinicius aprobó con nota el examen futbolístico, sus carencias, y se ha ganado a pulso ser considerado uno de los mejores del mundo. Sin embargo, hay una asignatura pendiente, es víctima del racismo y para acabar con ello no depende de él. Es la sociedad la que tiene que aprender que no hay dobleces, ni excusas, ni peros; en un alarde de valentía y determinación Vinicius ha desnudado sus miedos "España no es un país racista pero hay muchos racistas en el fútbol" y tiene la razón, nos guste o no, es una realidad social que no desaparece", apunta Salva Moya.