Vaca Díez estalla de júbilo y devuelve a Pando a Primera
En una épica y emocionante final, Vaca Díez se consagró anoche campeón de la Copa Simón Bolívar 2022, luego de imponerse 4-2 en los lanzamientos desde el punto penal a Libertad Gran Mamoré y tras un agónico 2-2 en los 90 minutos de juego. Pando regresa a la División Profesional luego de nueve años.
Mientras, el elenco beniano deberá jugar por el ascenso/indirecto ante Universitario de Sucre, el 27 (Trinidad) y el 30 (Sucre) de noviembre.
Al minuto de juego, un yerro defensivo de Vaca Díez tuvo a Gabriel Ríos de cara al arco, pero el meta Enzo Rodríguez achicó el ángulo y evitó la caída de su marco.
Sobre 5’ PT, Frank Oni pifió solo ante el arco de Rodríguez, pero en la contra Vaca Díez fue letal, luego de una veloz corrida de Patrick Torrelli y el centro que provocó un remate que Douglas Teles aprovechó de cara al arco de Juan Carlos Robles (0-1).
Libertad Gran Mamoré no salió de su asombro y empezó a cederle espacios al cuadro pandino, que de la mano del “crack” Torelli se adueñó de tres cuartos de cancha.
Tras mucho sufrimiento, a los 30’ PT, Libertad Gran Mamoré halló un pequeño haz de luz tras la falta de Marlon Esterilla sobre Ríos dentro el área grande. Un minuto más tarde, el meta Juan Carlos Robles ejecutó el lanzamiento penal que Rodríguez supo desviar sobre la línea. El crédito beniano no salió de su asombro.
En el zenit del primer tiempo, la tribuna de preferencia siguió recibiendo al público, además que en las boleterías del estadio Capriles se registraron largas filas para la compra de entradas. Hubo expectativa total.
Libertad Gran Mamoré volvió a tomar el control del juego, pero se desesperó más al no poder concretar las jugadas sobre el pórtico de Vaca Díez.
En 38’ PT, Ríos pifió otro disparo contra el pórtico rival, pero la figura de Esterilla se hizo más grande a medida que ahogó todas las arremetidas del contrincante.
Una y otra vez, el cuadro beniano erró en todas las jugadas que intentó hilvanar en ataque. Pareció una pesadilla de la que los verdeamarillos no pudieron despertar. El rostro del DT Cristian Reynaldo describió toda la desazón beniana.
Para el complemento, Reynaldo se la jugó por el extremo Yonathan Taborga, figura en las llaves semifinales ante 24 de Septiembre.
La propuesta del cuadro pandino no cambió y se fue de frente ante el arco de Robles. En 3’ ST, un remate de media distancia de Drulin Cruz obligó al meta beniano a detener el esférico.
Poco antes, una falta en el área sobre José Venialgo no fue cobrada como tiro penal por el árbitro Ivo Méndez, despertando el reclamo de la afición desde las gradas.
Torelli, que jugó el complemento sobre una pierna inquietó con un disparo cruzado ante el arco norte de Libertad Gran Mamoré, sembrando más zozobra en el crédito beniano.
El técnico de Vaca Díez, Carlos Hurtado, reclamó a sus dirigidos por perder balones en su campo de juego, situación que lo llevó a pensar en variantes para reforzar a su onceno.
Sobre 12’ ST, Pedro Taborga dio media vuelta y el remate de Mizael Pinto se fue al tiro de esquina, como un anuncio de sus pretensiones.
En 18’ ST, Miguel Mendoza recibió un pase en profundidad y remató ante la salida d e Rodríguez, pero Víctor Borobobo salvó a su arco.
Con un hombre menos en cancha tras la expulsión de Ronny Rodríguez, Vaca Díez dio otro mazazo sobre 27’ ST, tras un centro que Taborga recibió cerca de la media luna del área grande y fulminó con remate potente e inalcanzable para Robles (0-2).
Cuando todo parecía cerrado, el crédito beniano descontó por intermedio de Miguel Mendoza (39’ ST), quien definió ante la salida de Rodríguez y sembró esperanza en su afición (1-2).
En la agonía del duelo, Denilso Fernández aprovechó un yerro de la zaga pandina y remató al ras para igualar la contienda (2-2).
En los lanzamientos penales, Vaca Díez acertó con las ejecuciones de Franz Parada, Mizael Pinto, Drulin Cruz y Patrick Torelli. Erró Miguel Paredes.
Por Libertad Gran Mamoré acertaron Juan Carlos Robles, y Yonathan Taborga. El meta Enzo Rodríguez, de Vaca Díez, contuvo los remates de Miguel Mendoza y José Venialgo.