Aurora rescata un punto al filo del cotejo y salva el honor en Cochabamba
Aurora salvó un punto in extremis gracias a un gol de Darío Torrico en el quinto minuto de adición, en el empate 1-1 de anoche ante Botafogo, en partido de ida de la fase 2 de Copa Libertadores. Aún así, el resultado es insuficiente para afrontar la vuelta en Río de Janeiro.
La primera incidencia real de peligro en el cotejo llegó a los 2 minutos, tras una contra iniciada en el campo de Botafogo y la contra del elenco brasileño finalizó con el disparo de Francisco Soares que contuvo el meta David Akologo.
Aurora salió con el libreto en busca de ser el protagonista, pero la cancha lució húmeda y rápida, condiciones que momentos pasaron factura a los protagonistas.
La réplica celeste fue a los 5’ PT, tras un desborde de Jair Torrico y el centro que llegó a Jair Reinoso, empero el ariete popular pifió en su remate de cara al arco de Roberto Fernández.
La polémica llegó a los 18’ PT, tras una veloz contra de José Santos y cuyo remate chocó en la mano de Luis René Barbosa. El VAR evidenció la falta y el juez Cristian Garay cobró el tiro penal para la visita.
Acto seguido, Soares cobró el lanzamiento penal y Akologo desató el júbilo al desviar el remate (22’ PT).
El Fogao se repuso del penal marrado y a los 27’ PT anotó el 0-1, tras un tiro de esquina de Carlos de Oliveira, el cabezazo de Soares y el rechazo a medias de Akologo que aprovechó Junior Dos Santos para vulnerar el arco popular con soberbio frentazo.
En el peor momento del partido, Aurora llegó al 1-1 sobre 36’ PT con el gol de Nelson Amarilla, pero el tanto se anuló a instancia del VAR por una falta previa. La incertidumbre se acrecentó en el dueño de casa.
Para el complemento, ambos elencos ingresaron sin cambios, así como también los dos no cambiaron de argumento; Aurora deambuló en cancha y Botafogo manejó el cotejo.
El segundo tiempo careció de emociones, salvo aisladas acciones que derivaron en un juego cancino y carente de emociones.
Aurora deambuló en la cancha, entre la presión por el paso del tiempo y la desesperación latente en sus jugadores. Al final, una genialidad de Darío Torrico, que nunca dio por perdido el balón fue el 1-1 definitivo.