El Dakar se adapta a la pandemia
El rally Dakar también tendrá que adaptarse a la pandemia de coronavirus, que ha obligado a los organizadores a un desafío logístico aun mayor de lo habitual para que la carrera pueda comenzar el próximo 3 de enero en la ciudad saudí de Yeda.
El recorrido definitivo, desvelado este miércoles por los organizadores, supone un "boucle" a través del desierto de Arabia Saudí, con un paso por Riad, una jornada de descanso junto a la joya arqueológica de Ha'il y un descenso de nuevo a Yeda, pulmón económico del país.
En total, 12 etapas más un prólogo de 11 kilómetros en los aledaños del estadio Rey Abdallah de la ciudad de Yeda, que albergará el primer campamento. Una etapa que servirá para definir el orden de salida del día siguiente.
La entrada en materia se producirá en las pistas que unen Yeda y Bisha, rumbo al sur del país, antes de afrontar las primeras dunas.
"El objetivo era equilibrar las dos semanas, después de que el año pasado quedara algo desequilibrado", explicó el director de la carrera, David Castera, que también aseguró que han buscado que el suspense deportivo se mantenga hasta el final.
"La etapa más dura será la undécima", agrega el expiloto, que en esta edición profundiza en las novedades técnicas tendentes a igualar la competición, como la vigilancia de los pilotos con cámaras o la entrega de los libros de ruta solo por las mañanas.
La arena llegará a partir de la segunda etapa, con meta en Wadi Ad-Dawasir, meta de la segunda etapa y que también albergará la tercera, un paseo por el llamado "desierto vacío" del país.
La caravana pondrá al día siguiente rumbo a Riad en una jornada de transición, camino del norte con escala en Buraydah, en una etapa que pondrá a prueba los nervios de los pilotos, y Ha'il, sede de la etapa de descanso, donde los participantes llegarán tras superar una jornada plena de arena.
Tras el reposo llegará la etapa maratón con meta en Sakaka, el punto más septentrional de la edición en su mayoría entre montañas arenosas combinadas con llanos pedregosos en los que la clave será controlar el esfuerzo.
Las consecuencias de la etapa sin asistencia se verán en la octava etapa con llegada a Neom, frente a la península del Sinaí, de nuevo en las costas del mar Rojo, donde el recorrido permitirá tirar más de acelerador.
Esa misma ciudad será meta de la siguiente etapa, de nuevo muy rodadora, antes de poner dirección a Al-Ula, tras atravesar una región semimontañosa, lejos de la arena.
Las dunas regresarán con toda su intensidad en la penúltima jornada con meta en Yanbu, la especial más larga de la edición en un océano de desierto donde las diferencias entre los pilotos pueden hacer saltar por los aires la general de la víspera.
La intensidad bajará en la última etapa, entre celebración y dificultad, que designará al ganador final en cada categoría que subirá al podio situado en Yeda.